«La valentía de Calderón debería ser recompensada. América, que consume más del 80% de las drogas que proceden de México, hasta hace poco ha negado cualquier responsabilidad por este comercio mortal. La Administración de Obama ha admitido ahora que los Estados Unidos deben compartir parte de la culpa por el tráfico de armas, contrabando de droga y redes criminales que están desestabilizando sus dos países. Lo que sucede en México representa una amenaza en las calles de cualquier ciudad de los Estados Unidos. Y no sólo América está amenazada: Gran Bretaña también está bajo ataque de las bandas de droga, y debería también ofrecer ayuda, material, experiencia y cooperación a Calderón. La lucha contra los barones de la droga no es sólo de México».