«La Unión Europea responderá con medidas adicionales contra los responsables del veredicto», afirma la Presidencia comunitaria en el comunicado, donde añade que está dispuesta a reforzar «medidas restrictivas» contra el régimen birmano.
La UE mantiene desde hace varios años sanciones contra Birmania, que son básicamente económicas y a dirigentes del régimen y sus familiares, y las renovó en abril pasado recalcando que estaba dispuesta a revisar esa decisión en función de la evolución de la situación en el país.
Además, la Unión Europea pidió este martes la liberación «inmediata e incondicional» de la líder opositora al régimen militar birmano. Esa liberación sería «un primer paso esencial en el proceso de una reconciliación nacional verdadera, necesaria para que las elecciones previstas para 2010 sean vistas como creíbles, libres y justas», ha defendido.
La UE también ha subrayado que intensificará su trabajo con la comunidad internacional, especialmente con los países asiáticos, después de que, en su opinión, las autoridades birmanas «hayan decidido ignorar» las protestas de diferentes estados y organizaciones internacionales, lideradas por la Secretaría General de las Naciones Unidas.
Sarkozy y Brown piden sanciones
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, pidió este martes «nuevas sanciones» de la comunidad internacional contra el régimen birmano por la condena «brutal e injusta» que impuso a la líder del movimiento demócrata de ese país, Aung San Suu Kyi. Sarkozy condenó el veredicto en un comunicado difundido por el Elíseo, en el que advierte a las autoridades birmanas que, con esta sentencia, confirman su decisión de «ignorar los mensajes» de la comunidad internacional.
Por otra parte, el primer ministro británico, Gordon Brown, afirmó que «la comunidad internacional tiene que actuar» contra el régimen militar de Birmania tras la nueva condena impuesta a la líder del movimiento demócrata birmano, Aung San Suu Kyi, declarada este martes culpable de quebrantar su arresto domiciliario.
Brown hizo un llamamiento al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que «responda con determinación» al veredicto contra la premio Nobel de la Paz y abogó por que la ONU imponga un embargo de armas contra la junta militar de Birmania. El primer ministro británico, que desde hace años defiende la causa de la líder opositora birmana, afirmó en una declaración difundida por Downing Street que está «apenado y enfadado» por una condena que consideró fruto de un «juicio farsa».
Suu Kyi fue acusada de quebrantar los términos de su arresto domiciliario al cobijar dos noches en su casa al estadounidense John William Yettaw, quien en mayo pasado cruzó a nado el lago que da a la parte trasera de su vivienda y entró en ella.