La escritora Ana María Matute ha revelado durante la conferencia Diálogo con la protagonista, impartida este miércoles en El Escorial, que pretende iniciar un nuevo proyecto en septiembre.
«Si no hay accidentes de por medio y no me doy más porrazos, podría acabarla en dos años, pero siempre me pasan cosas y me ando golpeando», ha explicado este miércoles con humor la autora de Olvidado Rey Gudú, a quien la Universidad Complutense de Madrid está rindiendo homenaje a través de los Cursos de Verano de El Escorial.
Organizado por Victorino Polo, catedrático de Literatura Hispanoamericana, durante tres días y hasta el viernes la obra de Ana María Matute, la aún «maga mala, pero maga» y eterna candidata al premio Cervantes, será objeto de reflexión y estudio.
La escritora y editora Ana María Moix ha dedicado unas palabras a la veterana escritora y al «realismo lírico matutiano», que, según ha afirmado, hace que se recobre «aquel sentido tan dramático del hecho de estar vivo».
Matute (Barcelona 1925), miembro de la Real Academia desde 1998, ha hecho referencia a personajes míticos como Caperucita Roja o las hadas, que para ella «no son como las pinta Walt Disney», ya que el hada no sólo representa «la búsqueda de ese algo que no termina en nosotros», sino que forma «parte esencial» de la escritora.
La ganadora del Premio Nacional de las Letras Españolas en 2007, ha trazado además un recorrido por su larga trayectoria con la ayuda de Polo, haciendo especial hincapié en la novela Olvidado rey Gudú, una obra cuya publicación le llevó más de veinte años y que ha sido todo un éxito.
«Todos los escritores llevan un libro dentro desde niños, y ese libro era el Rey Gudú para mí», añadió.
A lo largo de la conferencia la escritora de Barcelona, que se califica de «profesora de tonterías», también ha citado al «Patito feo» de Andersen, con que el se ha visto identificada desde niña, que se sentía distinta.
su primera novela escrita a los 17 años, que refleja experiencias vividas por la autora a través de la literatura, y Paraíso inhabitado, publicado el pasado diciembre, en el que evoca muchas de sus memorias de la infancia, han sido también mencionadas durante este acto que, como se iba alargando, ha concluido Matute con un «ya son 84 años y estos señores se querrán ir a comer», y se ha despedido con «un beso volado».