«Apoyamos la presentación para consideración del Consejo de una declaración de condena que inste a su liberación inmediata y a su participación en el proceso político», dijo antes de entrar a la reunión la embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice.
Agregó que es consciente de que otros miembros del Consejo «tengan otro punto de vista», pero dijo que «de todas maneras es importante discutir y debatir» para tratar de acordar un texto que se ajuste a «principios democráticos y de respeto de los derechos humanos».
Las declaraciones del Consejo, al contrario que las resoluciones, deben contar con el respaldo unánime de sus quince países miembros, lo que obligaría a superar la reticencia tradicional de China y otros países a criticar las acciones del régimen militar birmano.
Ban Ki-moon exige su liberación inmediata
Horas antes del inicio de la reunión del máximo órgano de Naciones Unidas, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, expresó su «decepción» por la nueva condena de Suu Kyi por quebrantar los términos de su arresto domiciliario.
Los magistrados la condenaron a tres años de trabajos forzados, pero la Junta Militar rebajó la pena y ordenó que fuera confinada en su residencia de Rangún durante año y medio.
Ban exigió a la junta militar la liberación inmediata de la líder de oposición para que pueda participar en el proceso de reconciliación nacional que trata de impulsar la ONU.
A principios de julio, el secretario general abandonó Birmania después de que el jefe de la Junta Militar, general Than Swe, rechazara en dos ocasiones en menos de 24 horas sus peticiones para reunirse con Suu Kyi.
Los grupos de exiliados birmanos y miembros de la Liga Nacional por la Democracia (LND), la formación encabezada por Suu Kyi y la única legalizada que resiste a la intensa presión del régimen, han denunciado que el juicio fue la excusa para impedir que la Nobel de la Paz participe en las elecciones legislativas previstas para el 2010.