«A primera vista, esta es un razonamiento valiente y civilizado pero aún así, la aparente pureza del llamamiento no podría disipar la sensación de que había algo equivocado en la decisión que se ha tomado. Algunos países permiten a los prisioneros enfermos presentarse ante un juez y solicitar su liberación anticipada, mientras que otros liberan automáticamente a los más ancianos».
«Tanto Escocia como Inglaterra harían bien en aprender de estos acuerdos: la humanidad no avanza sino que se retrasa al mantener a los enfermos terminales en la cárcel. Pero liberar a un asesino en masa condenado –sin proponer una norma general– es someter a sus víctimas a una injusticia inhumana».