El dispositivo ha sido inventado por Carlos Díaz que ha dicho que su preocupación por los descuidos u olvidos de bebés en vehículos le llevó a plantear una solución que considera «barata y fácil de desarrollar». Ha explicado que cuando el conductor activa el cierre centralizado, el dispositivo que funciona a través de la presión «nos alerta si alguien continúa ocupando el asiento y suena una alarma». «El sistema nos alerta tanto si nos hemos dejado al niño en la sillita como si se trata de una persona mayor o impedida, que también podría fallecer si permanece mucho tiempo en un vehículo cerrado y expuesto además a altas temperaturas», ha añadido.
Bajo los asientos y la silla de los niños se colocan una serie de sensores de presión conectados a una centralita eléctrica que al activarse hacen sonar la alarma «y de esta forma sabemos si nos hemos dejado a una persona o incluso a nuestra mascota dentro del coche», ha precisado. Según Díaz, se trata de piezas que no son costosas y que una vez desarrolladas en una cadena de montaje «serían muy baratas».
Objetivo de perfeccionar el sistema
El artífice del proyecto, de 31 años, es agente inmobiliario y ha reconocido que lo suyo no son los sensores ni los dispositivos de seguridad «pero alertado por las noticias sobre muertes de bebés, me puse en contacto con un amigo ingeniero, que ha sido el que ha desarrollado mi idea».
Desde febrero Díaz tiene registrada la patente de este dispositivo que aún está en fase de prototipo y que pretende vender a algún inversor o marca comercial. El objetivo es perfeccionar el sistema para que alerte también en caso de olvidos en los maleteros ya que también se han dado casos de muertes en este habitáculo de personas o mascotas. Además, otra innovación sería el envío de mensajes a teléfonos móviles para informar de la incidencia a la persona que se designe.