«La sentencia sobre el Estatut todavía no se ha producido, cualquier valoración me parece que debe ser ejercida con toda prudencia –insistió–. Esperemos a la sentencia del Tribunal Constitucional, que por supuesto respetaremos, para hacer las valoraciones oportunas».
El jefe del Ejecutivo insistió así en que el principio de calma debe regir «con carácter general» y rechazó por ello hacer una valoración del movimiento producido durante las últimas semanas en Cataluña, donde ERC llegó a proponer una manifestación en defensa del texto estatutario.
«No debemos hablar sobre hipótesis de hipótesis, no debemos valorar ninguna valoración sobre algo que no se ha producido», reiteró antes de defender que este tipo de actitudes llevan a «un juego que no conduce a ninguna parte».
Por último, preguntado por una posible reforma de la Constitución en caso de un fallo negativo, Zapatero afirmó que se trata de algo que no cree «que a nadie ni siquiera se le haya pasado por la cabeza sabiendo lo que representa y lo que exige en cuanto a mayorías». Las reformas constitucionales deben ser aprobadas con una mayoría de tres quintos del Congreso y el Senado, algo que ahora no es posible con el consenso de socialistas y populares.