El filme Baaría, que narra la vida de un niño de Bagheria (Baaría, en el dialecto siciliano), la localidad natal del propio director, aborda en dos horas y media el devenir de Sicilia y, en general, de toda Italia, durante el pasado siglo: desde el fascismo hasta las revoluciones sociales de los años 60, sin olvidar la Segunda Guerra Mundial.
Y todo, tocando los más diversos géneros cinematográficos, desde el humor hasta el drama, la política o la fantasía para llevar a la gran pantalla una historia que cuenta con presencia española entre el reparto, la de la actriz Angela Molina, ausente estos días en Venecia y quien da vida a la suegra del protagonista, Peppino.
«El filme no quiere ser sólo Sicilia. Hay una perspectiva a través de la que se cuentan los asuntos. La idea era la de contar con un coro de personajes en el interior de un microcosmos de un pueblo y hacer sentir el eco de lo que sucede alrededor», comentó este miércoles el propio Tornatore durante la rueda de prensa de presentación.
«La idea es que la película termine por ser una alegoría de todos esos lugares en los que todos hemos nacido», añadió el autor de Cinema Paradiso (1988).
En los años de Mussolini
La historia de ese microcosmos de la localidad siciliana del que habla el cineasta comienza en los años de la dictadura fascista de Benito Mussolini en Italia, para pasar después a narrar el devenir del protagonista, ya adulto, como padre de familia y miembro destacado del Partido Comunista italiano (PCI) en Sicilia.
La política y el sentimiento de pertenencia a una comunidad de ese pueblo italiano serán los hilos conductores del filme, con el que su autor quiere recuperar viejos valores ya perdidos en la Italia de hoy y en el que la presencia de la mafia siciliana es abordada casi de soslayo.
«En mi película el tema de la pasión civil y moral es importantísimo. He nacido en un pueblo donde a estas cosas se les hacía mucho caso. Una de las primeras cosas que nos enseñan es a cómo relacionarnos con el mundo», explicó Tornatore.
«Esto hoy se ha perdido, como una de las tantas cosas que se han perdido. Estaría bien que se recuperara el sentido del deber de enseñar a nuestros hijos lo que es importante. Son temas que se han perdido hoy, incluso, en nuestra política», agregó.
Rodada en dialecto siciliano
Más allá de la carga política del filme, el cineasta ofrece al público una obra rodada íntegramente en dialecto siciliano -con una versión disponible algo «italianizada»- y cargada de numerosas situaciones cómicas, basadas todas en el humor popular y la muy particular forma de ser de la Italia del sur.
Esas situaciones, en muchas ocasiones propias del grupo humorístico británico Monty Python, son las que llevan a la película, con 25 millones de euros de presupuesto, a parecer una sucesión de escenas cómicas en su primera parte, para dar paso posteriormente a una mayor carga emocional y vital en la multitud de personajes que la componen.
Todo convergerá en un sorprendente final en el que caben múltiples interpretaciones y que aporta un inesperado toque de fantasía a esa trama basada en la realidad histórica que golpeó ya no sólo a Italia, sino también a toda Europa, durante el pasado siglo. «Yo tengo una definición cinematográfica simple para la película. Espero que pueda ser útil y servible para promover una reflexión sobre el papel que la izquierda ha jugado en muchas ocasiones», comentó Tornatore.
La música de Baaría, película producida por Medusa Films, perteneciente al imperio mediático del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, es obra de Ennio Morricone, quien participó también este miércoles de la presentación del filme. Morricone, ganador de un Oscar Honorífico en 2006, explicó que este filme es una nueva muestra de la buena sintonía que tiene con Tornatore, con quien, aseguró, siempre ha coincidido en su forma de pensar.
que concurre en la sección oficial del festival, será una de las grandes protagonistas de la ceremonia inaugural de la Mostra de esta tarde, que está previsto que comience a las 19.00 hora local (17.00 GMT) y que será conducida por la italiana María Grazia Cucinotta.