Primo Levi (Turín 1919-1987) fue un resistente antifascista que no dejó de contar nunca el horror de los campos de concentración, que sintió en carne propia al ser deportado en 1944 a Auschwitz, lugar del que fue uno de los pocos supervivientes y del que dejó escrito para el futuro de la humanidad la experiencia de su supervivencia y sus reflexiones sobre la condición humana.
Él repetía que la experiencia de Auschwitz le había convertido en escritor.
Este libro incluye títulos como «Historias naturales» (con traducción de Carmen Martín Gaite); «Defecto de forma», de 1971, reeditado en 1987 con una carta del autor, y «El sistema periódico», publicado en 1975, en el centro del libro, en el que Levi desgrana en veintiún capítulos cada elemento de la tabla química y con cada uno de ellos traza un paralelismo con el hombre.
Y es que Primo Levi fue también químico y profesor. Marco Belpoliti, editor del libro, cuenta en el prólogo que Levi utilizó la figura del centauro, protagonista de uno de sus cuentos más misteriosos, ‘Quaestio de centauris’, para hablar de lo que sentía como escisiones: mitad químico mitad escritor, mitad testigo mitad narrador, mitad judío mitad italiano.
También se incluye en este volumen «Lilit y otros relatos» aparecidos en 1981, además de «Última Navidad de guerra», volumen de cuentos dispersos y que ahora ha reunido Belpoliti.
Los dos inéditos son «El fin de Marinese», que narra el intento de fuga de un soldado de la II Guerrra Mundial que está en un camión militar, y «Carne de oso», que narra las conversaciones de unos alpinistas que comentan las expediciones más arriesgadas durante su estancia en un refugio.
Relatos breves en los que «la parodia» despista al horror o lo hace más suave, más irónico; mitad realistas, mitad fantásticos.
«No, no son historias de ciencia ficción, si por ciencia ficción se entiende ‘futurismo’, la fantasía futurista barata. Estas historias son más posibles que muchas otras», dice Primo Levi en una entrevista que recoge el prólogo de este ambicioso volumen.
«Todos los cuentos de Levi, incluso los más divertidos, ocurrentes, amables y ligeros, terminan regresando ahí, a la naturaleza dual, al espacio que se extiende entre el sueño y la realidad, espacios que sus palabras habitan de un modo aparentemente sereno, inteligente y siempre problemático. Levi es un escritor profundo que esconde su terrible profundidad en la superficie de las palabras», explica Belpoliti.
Por su parte, Bernat Puig Portabella, responsable de El Aleph, recuerda a Efe que Levi «es el autor más importante del siglo XX y de la llamada literatura concentracionaria, una ficción que ahora ha dado novelas como ‘El niño del pijama de rayas’, edulcorada por la amabilidad y cuyo original y prototipo es Primo Levi».