Si en los entrenamientos oficiales había sido el japonés Hiroshi Aoyama quien había dominado en la categoría de 250 c.c. en el Gran Premio de San Marino, en la carrera no pudo evitar que, desde un principio, se escaparan Barberá, Pasini y Simoncelli.
Los tres pilotos encabezaban la carrera, mientras Aoyama, por detrás, hacía sus mejores vueltas a 17 giros del final. Álvaro Bautista, que había salido muy atrás inició su remontada y se ponía a menos de dos segundos de la cabeza de carrera. Pero la pelea por los primeros puesto empezaba a definirse y Álvaro tenía muy complicado llegar.
Barberá contemplaba con calma a los italianos, igual que había hecho Julián Simón en 125 c.c., y ocurrió que a 14 vueltas para el final Marco Simoncelli se fue al suelo en la la recta de entrada a meta. Fue una caída sin motivo aparente que lleva al italiano muy lejos del Mundial, por lo que en la próximas cuatro carreras serán fundamentalmente Aoyama y Bautista quienes se jueguen el primero puesto de la clasificación general.
Con el italiano fuera de juego, Álvaro Bautista e Hiroshi Aoyama luchaban por el Mundial en el segundo grupo acompañados por DiMeglio, compañero de equipo del español, y delante, a Barberá y Passini les aumentaban las posibilidades de llevarse la carrera. A ambos grupos grupos les separaban más de tres segundos y se cerraban los grupos.
Así se sucedieron más de 10 vueltas. El grupo de Bautista y Aoyama no consiguió recortar la distancia que les separaba de Barberá y Pasini.
Momento de la emocionante última vuelta: de nuevo, aunque esta vez sin el drama correspondiente al caso de 125 c.c., la última vuelta enfrentaba a un italiano y a un español. Héctor Barberá partía con más posibilidades porque había observado durante buena parte de la carrera a Pasini y se le veía como dominador del final. No dejó ninguna posibilidad al italiano en la última vuelta, a excepción de la recta de meta, en la que el italiano salió abriendo gas antes que Barberá. El piloto valenciano se fue hacia el muro, algo de lo que posteriormente y ante las televisiones, el italiano se quejaría. Cuando Mattia ya se ponía en paralelo con Héctor, llegó la línea de meta y el muro quedaba a penas un metro de él.
Por detrás, en la lucha por el último puesto del podio y por el Campeonato del Mundo, Álvaro Bautista consiguió imponerse al japonés Aoyama, que fue cuarto. Misano pudo haber acabado mejor si Di Meglio hubiera podido adelantar al japonés en el último momento, poniendo más tierra de por medio entre ambos.