Lara ha hecho estas declaraciones en una comparecencia ante los periodistas durante su visita a la Feria de Albacete, que se celebra estos días, y en la que ha almorzado con afiliados y simpatizantes de Izquierda Unida en la provincia.
El coordinador general de IU ha añadido que van a defender que en los presupuestos del año que viene «haya dinero sin intereses para las pequeñas y medianas empresas, para que resuelvan los problemas de liquidez».
Ha criticado que los créditos ICO se estén concediendo con intereses hasta del 6,57 por ciento y ha denunciado que «la banca sigue negociando incluso con el dinero público».
Así, ha valorado que desde IU van a plantear unos Presupuestos Generales del Estado «para que haya salida social a la crisis».
Se ha mostrado crítico con el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, por hacer «una campaña» para «meter miedo a la gente y sin alternativa» sobre la posible subida de impuestos.
También ha lamentado que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, esté «deshojando la margarita» y actuando con cierta «ambigüedad» en relación con esta subida fiscal.
Ha insistido en que lo que hay que hacer es aumentar los impuestos, pero a las rentas más ricas porque «subirlos a los más ricos es hacer políticas de izquierdas», eso sí a quien no se puede subir es a los parados o al 63 por ciento de la población que «en España es mileurista».
Ha abogado por una subida de impuestos que llegaría a un diez por ciento de la población y que sería a las rentas individuales con ingresos superiores a 60.000 euros al año, que «tienen, por justicia y solidaridad, que contribuir más a salir de la crisis».
Sobre la medida de los 420 euros para desempleados sin subsidio que ha aprobado el Gobierno, se ha mostrado de acuerdo con ella aunque ha lamentado que solamente llegue a quienes se quedaron en esta situación a partir del 1 de enero, aunque ha añadido que «la alternativa que defendemos para este país no es el subsidio, es el empleo».
Ha explicado que proponen un plan alternativo que consistiría en contratos de seis meses para que los desempleados sin subsidio trabajen en los ayuntamientos, con jornadas de cinco horas de trabajo y tres de formación, una iniciativa que está en la línea del plan de choque por el empleo puesto en marcha en Castilla-La Mancha.