La CMT afronta este otoño una renovación que afecta al presidente del organismo, Reinaldo Rodríguez, y a otros cuatro consejeros, que son Antoni Elías, Albert Martí, Crisanto Plaza y Gloria Calvo.
Desde la Generalitat se quiere aprovechar esta renovación para hacer efectiva la disposición del nuevo Estatut, según el cual la Generalitat ha de estar presente en el seno de la CMT.
El artículo 182.1 del Estatut señala textualmente que «la Generalitat designa o participa en los procesos de designación de los miembros de los órganos de dirección del Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, y de los organismos que eventualmente les sustituyan».
En base a este artículo la Generalitat reclamar una «silla» en el consejo de la CMT cuando éste se renueve, algo que debe producirse entre finales de septiembre y principios de octubre.
Sin embargo, la reivindicación catalana no ha sido bien recibida por parte del Gobierno, que alega la imposibilidad de que todas las comunidades autónomas tengan representación propia en el consejo de la CMT.
A estos argumentos, la Generalitat está replicando que la administración catalana es la única autonomía que está respondiendo o presentando alegaciones ante actuaciones, decisiones o consultas públicas que ha llevado a cabo la CMT en los últimos años.
Por ahora, las posiciones de ambas partes están estancadas pero el Gobierno tampoco está afrontando el relevo en el seno de la CMT al ritmo esperado, y de hecho la ha pospuesto en dos ocasiones, ya que la intención del Ejecutivo es pactar la renovación de este organismo con el PP, algo complicado en el actual clima político.
El bloqueo del PP a la renovación de organismos reguladores se extiende más allá de la CMT y afecta también a instituciones como la Comisión Nacional de Energía.
Las fuentes del sector de las telecomunicaciones consultadas descartan que el sustituto de Reinaldo Rodríguez pueda ser el catalán Marcel Coderch, actual vicepresidente y hombre próximo a ERC.
La CMT está construyendo una nueva sede en Barcelona, en el distrito tecnológico del 22@ que impulsa el ayuntamiento de la capital catalana en el barrio del Poblenou, con una inversión de 62,5 millones de euros y que se espera que esté finalizada a mediados del año próximo.