«El juez Garzón fue sometido durante horas a un interrogatorio por un magistrado del Tribunal Supremo español el 9 de septiembre por su investigación de los abusos cometidos por el régimen del difunto dictador español general Francisco Franco. Una acusación particular sostiene que el juez tergiversó concientemente la ley para favorecer su caso, pese a una amnistía aprobada después de la muerte de Franco. Una de las muchas rarezas del caso es que perseguía fantasmas: las 34 personas que había citado como sospechosos estaban muertas. El propio General Franco había muerto en 1975, y el recientemente democrático país intentaba olvidarlo».