La ‘Roja’ ganó con suficiencia pero pecó de conformismo cuando en la segunda mitad no hizo todo lo que pudo por brillar, lo que quitó algo de lustre a una meritoria fase de grupos que la ha convertido en una de las favoritas para la aventura mundialista.
Los rivales de España en su camino no han sido ni mucho menos adversarios del más alto nivel, pero cerrar el acceso al campeonato del mundo con un pleno de victorias y con brillantez en algunas citas no está al alcance de todos. Y si no, que se lo pregunten a Argentina, Francia o Portugal, que han conocido en primera persona que ‘cenicientas’ quedan pocas.
La selección saltó al césped del José Fouto conociendo que Bosnia no había pasado del empate ante Turquía, por lo que un triunfo anoche sellaba el pasaporte mundialista, y lo hizo con cuatro variaciones con respecto al once que goleó a Bélgica. Albiol, Marchena, Senna y Cesc entraron en detrimento de Arbeloa, Puyol, Busquets y Xabi Alonso. Del Bosque cambió de fichas pero no de estrategia, ya que apostó de nuevo por el 4-3-3 que tan buen resultado le dio en Riazor.
Los primeros minutos no fueron muy alentadores e incluso las dos únicas ocasiones del primer cuarto del partido cayeron del lado visitante. Un cabezazo de Kink en el minuto 17 y un remate de tacón de Zenjov en el 20 hicieron que muchos se frotaran los ojos para cerciorarse de que era España la que vestía de rojo y Estonia de azul. La selección que ocupa el puesto 114 en el escalafón de la FIFA, con orden, dureza defensiva y velocidad en ataque, tuteaba a la campeona europea.
El punto de inflexión llegó en el ecuador del primer parcial, con un remate de Villa que salió rozando el larguero tras una falta lanzada por Xavi. Poco después, se sucedieron tres claras ocasiones desaprovechadas por Fernando Torres, una de ellas mano a mano con el portero. España no rompía el empate, pero Xavi y Silva comenzaban a ser protagonistas y el balón ya tenía al equipo español como único dueño.
Cesc encarrila la victoria
Rebasada la primera media hora y tras una pared entre Cesc y Silva, el mediocentro del Arsenal superó con un tiro raso a Pareiko.
Era el principio del monólogo de la ‘Roja’. Estonia bajó los brazos en cuanto a sus aspiraciones ofensivas y España comenzó a disfrutar. Silva y Piqué no lograron aumentar la renta antes del descanso pero quedó claro que la segunda parte sería muy cómoda para España. Los estonios también lo percibieron y se limitaron a encerrarse y a defenderse con disciplina y en ocasiones con alguna acción violenta para evitar una goleada.
La selección de Del Bosque, por su parte, se vio tan superior que bajó el ritmo de juego que había mostrado en los minutos previos al descanso. El mensaje que mandó el técnico con sus cambios también pareció tener la misma consigna. España tocaba y tocaba en el centro del campo, gustándose y abusando en demasía de los rondos y los pases al primer toque prácticamente renunciando al gol. Cazorla, a nueve minutos de la conclusión consiguió un tanto que parecía que la selección no buscaba.
Hasta entonces, dos lanzamientos de Villa habían copado el bagaje ofensivo de los españoles, mientras que un tiro de Kink recordó a los españoles que tenían enfrente a un rival. El gol de Mata sólo sirvió para disimular la ramplona actuación en la segunda parte de una selección que ayer prometió divertir pero en algunas fases se empeñó en aburrir.
Pese a ello, el pasaporte para Sudáfrica estaba en el bolsillo de la ‘Roja’ y la propuesta de renovación por dos años, en el de Del Bosque, el técnico que aspira a llevar al título mundial dentro de nueve meses al combinado español más talentoso de la historia.
España 3-0 Estonia
Iker Casillas; Raúl Albiol, Piqué, Marchena, Capdevila; Senna, Xavi, Cesc; Silva (Mata, m.78), Villa (Cazorla, m.66) y Fernando Torres (Guiza, m.57).
Pareiko; Sisov (Jääger, m.64), Rähn, Piiroja, Klavan; Zenjov (Voskoboinikov, m.46), Vunk, Vassiljev, Kruglov; Kink (Lindpere, m.71) y Opper.
1-0, m.33: Cesc. 2-0, m.82: Cazorla. 3-0, m.90: Mata.
Oleg Oriekhov (UKR). Mostró cartulinas amarillas a Piiroja (15), Vassiljev (51) y Rähn (53) por Estonia.
Encuentro de clasificación al Mundial 2010, correspondiente al Grupo 5, disputado en el estadio Romano, lleno, con 15.000 espectadores en la grada.