Manuel Pellegrini apostó por las rotaciones y dio entrada en el once inicial a Raúl González, al que había reservado contra el Espanyol, y a Pepe, sancionado aún para la Liga, y sorprendió con la inclusión de Drenthe como lateral izquierdo.
El Real Madrid sueña con ‘su’ final, la que se disputará en el Santiago Bernabéu, y es consciente de que con la calidad que atesora en su plantilla ya tiene medio trabajo hecho. El otro medio es hacer una constelación de las aisladas estrellas blancas y, por lo visto en Zúrich, a Pellegrini aún le queda mucha tarea pendiente.
Con un equipo aparentemente desarbolado, en el que cuesta determinar el sistema con el que juegan los diez hombres de campo, y una falta de referencia clara en el ataque, el conjunto madridista amenazaba a sus seguidores con otro partido de dudas. Y las hubo, aunque, afortunadamente para algunos, difuminadas por los goles al final de la primera y la segunda parte.
Cristiano Ronaldo, con dos goles a balón parado y muchos arranques para intentar sacar a los blancos de su letargo, hizo una demostración de las peculiaridades que le señalan como mejor jugador del mundo, con el permiso del barcelonista Leo Messi.
Y eso que no fue un encuentro sencillo para el portugués, silbado e insultado en un claro castellano («Ronaldo, hijo de puta») por el público helvético, al que alentaron unos primeros minutos prometedores de su equipo. El Zurich se equivocó al imprimir un acelerado ritmo de juego que pagaron, agotados, ellos mismos apenas transcurridos diez minutos.
Ante un rival muy replegado, el Real Madrid se dio cuenta pronto de que la clave estaba en el juego de toque, a ser posible de primeras, pero no encontraba el hueco. Raúl estaba demasiado entretenido tratando de recuperar balones en el centro del campo y Gonzalo Higuaín, escondido entre la línea defensiva.
En esta tesitura, Cristiano Ronaldo tomó la batuta y encontró su carril por la banda izquierda, la misma por la que Kaká creó sus ocasiones más peligrosas. El empate se rompería, sin embargo, a balón parado.
El futbolista portugués sorprendió a Leoni en una de las numerosas faltas que sufrió él mismo, con un disparo próximo al poste que el portero del Zurich se tragó por encima de su cabeza (min. 27).
Descerrajada la defensa local y con Leoni reponiéndose del susto, el Real Madrid se lanzó a por más. Aún con la sensación de que se acumulan hombres de más en algunas zonas del campo, pero con una seguridad en defensa no vivida hasta el momento -quizás por la reaparición de Pepe tras su sanción-, los de Pellegrini sentenciaron el partido tras el descanso con un recital de taconazos y florituras de sus estrellas de por medio.
En este Real Madrid los once se sacrifican por el ataque. Incluso los defensas. Un centro de Pepe, cubierto por Xabi Alonso en cada uno de sus acercamientos al área rival, lo peinó Cristiano Ronaldo hasta los pies de Higuaín, que dejó a Raúl en el segundo palo para que rematara a placer (min. 36). El eterno capitán se lo dedicó al quinto embarazo de su mujer, Mamen Sanz.
El partido sería aún más blanco, y no precisamente por el color del uniforme del Zurich, antes del descanso. Higuaín se marchó por velocidad de Tihanen, al que superó con un autopase, y batió por bajo a Leoni con un disparo cruzado (min. 45).
Al borde del empate
El descanso no sentó bien al Real Madrid, que salió al césped dormido y con sus peores defectos. La lesión de Xabi Alonso, que tuvo que ser sustituido tras caerle Volanthen sobre el tobillo (min. 53), terminó de sembrar el caos en el frágil esquema madridista. Los cambios (Gago, Guti), lejos de solucionar las carencias del equipo, acentuaron los defectos del equipo.
El Zurich, con Alphonse más volcado al centro en lugar del sustituido Hassli, encontró una mina de oro y la esperanza de ganar al Real Madrid de las estrellas en apenas dos minutos, los mismos que tardaron en dejar en evidencia la falta de concentración de la defensa rival.
El primero del equipo helvético llegó tras un penalti muy dudoso de Iker Casillas a Alphonse, que el ex osasunista Margairaz se encargó de transformar con una ‘paradinha’ (min. 63). Apenas le había dado tiempo al Real Madrid a recuperarse cuando Aegerter remató de cabeza en el primer palo un saque de esquina ante la impotencia de Cristiano Ronaldo y Raúl (min. 65).
El peligro despertó a los madridistas y CR9 asumió la batuta para intentar zanjar un partido que su equipo debía haber resuelto con mayor sencillez. El Real Madrid avisó con un contraataque rapídismo, en el que Guti colocó un centro muy largo para Ronaldo, que esperó ante la defensa la llegada de Raúl y el capitán, de primeras, estrelló el balón en un defensa.
Fue la ocasión más clara de un equipo al que aún le quedaba artillería para volver al rescate. Cristiano Ronaldo encontró un gran ‘amigo’ en Leoni, que despejó hacia dentro una falta muy lejana, aunque muy potente, del portugués (min. 89). Guti selló la goleada con una espectacular vaselina tras una recuperación de los blancos en el centro del campo (min. 95).
El 2-5 fue quizás un resultado engañoso para un Real Madrid letal en ataque, con fisuras en defensa y que tiene en su mentalidad a su peor enemigo si quiere completar una temporada de éxitos. Contra el Olympique de Marsella tendrá que mejorar.
Zurich 2-5 Real Madrid
Leoni; Stahel (Gajiç, m.88), Tihinen, Rochat, Koch; Aegerter, Okonkwo (Abdi, m.66), Vonlanthen, Margairaz, Alphonse; y Hassli (Djuric, m.46).
Iker Casillas; Arbeloa, Pepe, Albiol, Drenthe; ‘Lass’, Xabi Alonso (Gago, m.59), Kaká; Cristiano Ronaldo, Higuaín (Guti, M.67) y Raúl.
0-1, m.27: Cristiano Ronaldo. 0-2, m.36: Raúl. 0-3, m.46 (+): Higuaín. 1-3, m.63: Margairaz. 2-3, m.65: Aegerter. 2-4, m.89: Cristiano Ronaldo. 2-5, m.95: Guti.
Martin Atkinson (ING). Mostró cartulinas amarillas a Stahel (24) y Okonkwo (50) por el FC Zúrich, y a Kaká (16), Drenthe (23), Casillas (63), Gago (68), Guti (74) y Lass (81) por el Real Madrid.
Encuentro correspondiente a la primera jornada del Grupo C, disputado en el estadio Letzigrund ante la presencia de 30.000 espectadores, 5.000 de ellos españoles.