Nozar presentó concurso voluntario de acreedores el pasado viernes 11 de septiembre, al concluir sin acuerdo cuatro meses de negociaciones con sus bancos y acreedores para reestructurar su deuda y pactar un plan de pagos.
La empresa se sumó así a la lista de grandes firmas del sector que se han declarado insolventes en el último año y medio desde que estalló la burbuja inmobiliaria, como son Llanera, Martinsa Fadesa, Habitat, Tremón, Aifos, Constructora Pedralbes, Obrum, DHO y Begar, entre otras.
No obstante, en el caso de Nozar destaca el hecho de que sus principales acreedores no son los bancos, sino otros empresarios del sector inmobiliario como Enrique Bañuelos (ex propietario de la extinta Astroc) y Luis Portillo (ex accionista de control de Colonial) y Hacienda. En cuanto a la deuda financiera, está repartida entre una treintena de bancos y cajas.
Tras solicitar el concurso, Nozar y su filial Lena Construcciones, también declarada insolvente, indicaron que tomaron esta decisión con el fin de «ayudar a resolver todos los problemas que en este momento paralizan la actividad de las dos sociedades».
A través de una carta remitida a sus trabajadores, a la que tuvo acceso Europa Press, los hermanos Juan Carlos y Luis Nozaleda aseguraron que la solicitud de concurso «no significa la terminación de la actividad empresarial de las dos firmas».
«Más bien al contrario, nuestra pretensión es continuar desde esta nueva situación y dedicar todo nuestro tiempo a trabajar en nuestra actividad principal, cosa que en los últimos tiempos ha resultado difícil», garantizaron.
Negociaciones desde mayo
Nozar estaba inmersa desde el pasado mes de mayo en un proceso de negociación con acreedores que posibilitó una reciente reforma realizada en la Ley Concursal.
La inmobiliaria fue una de las primeras que se acogió a una de las principales novedades de la modificación de esta ley, la que favorece la posibilidad de que las empresas se refinancien antes de entrar a concurso, mediante la apertura de un plazo de hasta cuatro meses para negociar un calendario de pagos de deuda con sus acreedores.
Se da la circunstancia de que Nozar se acogió a esta cláusula de la Ley Concursal apenas una semana después de superar en los tribunales una solicitud de concurso necesario interpuesta por Avalantransa, uno de sus acreedores.