El plan de reestructuración de Opel «debe garantizar que la compañía será viable en el futuro», por lo que cualquier ayuda financiera de las autoridades públicas «debe estar completamente en línea con las reglas de mercado interior», insistió Bruselas en un comunicado.
La CE asegura que está en contacto con las autoridades de los países implicados para garantizar estas condiciones.
En el caso de Alemania, recuerda que examinará «cuidadosamente» si las autoridades germanas han incluido condiciones no-comerciales en sus ayudas a Opel en relación a las inversiones o a la distribución geográfica de las medidas de reestructuración.
Bruselas insiste en que los países no pueden utilizar la flexibilización de la legislación europea sobre ayudas públicas ante la crisis «para imponer restricciones políticas sobre la localización de la producción dentro del mercado interior».
«Por consiguiente, las empresas beneficiarias deben mantener total libertad para desarrollar su actividad económica», añade la nota.
Los países en los que hay fábricas de Opel están discutiendo actualmente su posible y controvertida participación en el crédito de 4.500 millones de euros que Alemania ya ha aprobado.
Según el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, los nuevos propietarios del productor automovilístico Opel quieren recortar 11.000 empleos en Europa, casi una cuarta parte del total, y de ellos 2.090 en la planta española de Figueruelas (Zaragoza), alrededor de 450 más de lo previsto hasta ahora.