sábado, noviembre 23, 2024
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Irina Bokova, del Ministerio de Exteriores a la candidatura para dirigir la UNESCO

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Desde la creación de la UNESCO, en 1945, el candidato propuesto por el Consejo Ejecutivo nunca fue rechazado por los ministros, jefes de Estado y altos diplomáticos que reúne cada dos años la instancia suprema de la UNESCO. Por ello, pese a haber resultado elegida en la quinta y última vuelta de un disputadísimo sufragio, en el que ayer empató a 29 votos con el ministro egipcio de Cultura, Faruk Hosni, la diplomática búlgara se convertirá con casi toda probabilidad en la primera mujer que dirija la UNESCO.

Será, asimismo, el primer ciudadano de un país de Europa del Este que tome las riendas de esta agencia de las Naciones Unidas con sede en París, cuya Constitución encomienda desde su primer capítulo el deber de impulsar la paz «en la mente de los hombres», pues es en ella donde surgen las guerras.

Diplomática de carrera, Irina Bokova, cuya familia, en la época socialista fue estrecha aliada de la desaparecida Unión Soviética, se educó en la mejor escuela internacional de Sofía y se graduó en el prestigioso Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú. Estudió, asimismo, en la Universidad de Maryland (EEUU), según precisó la UNESCO en un comunicado.

En 1997, durante la mayor crisis institucional y económica de Bulgaria, tras la caída del comunismo, fue durante un año ministra de Asuntos Exteriores, tras haber sido viceministra de Relaciones Exteriores desde 1995. La candidata del Consejo Ejecutivo a suceder al actual director general de la UNESCO, el diplomático japonés Koichiro Matsuura, fue nombrada embajadora en Francia y ante la UNESCO en 2005, cuando el primer ministro de Bulgaria era el liberal Siméon de Saxe-Cobourg.

Ministra de Exteriores

Su carrera diplomática había comenzado en 1977, tras graduarse en Moscú, cuando ingresó en el Ministerio de Exteriores de Bulgaria, donde fue destinada al departamento de Naciones Unidas y Desarme. Entre 1982 y 1984 fue secretaria de la legación diplomática de Bulgaria en la sede central de la ONU en Nueva York. En 1990, tras la caída del comunismo, Bokova fue elegida diputada por el partido socialista y se presentó en 1996 para el cargo de vicepresidenta del país, que al final no logró.

Bokova habla inglés, francés, ruso y español, está divorciada y tiene dos hijos de sendos matrimonios. Al brindarle este martes su apoyo desde el diario Liberation, antes de que el Consejo celebrase su última votación, la ex ministra francesa conservadora Simone Veil, superviviente de los campos de concentración nazis, celebró su «gran inteligencia», «competencia», «habilidad» y «energía».

Aseguró, asimismo, que Irina Bokova «hizo mucho en su propio país para el proceso democrático y su apertura al mundo». El padre de Bokova, Gueorgui Bokov (1920-1989), dirigió de 1958 a 1976 el periódico oficial del Partido Comunista Búlgaro, «Rabotnitchesco Delo», (‘Obra de trabajadores’, en español) y luego la agencia de noticias Sofia Presse, y fue uno de los más estrechos colaboradores del ex dictador comunista Todor Zhivkov.

La sin duda futura directora general de la UNESCO es también la hermana de Filip Bokov, actual embajador de su país en Eslovenia y ex jefe de gabinete del anterior primer ministro, el socialista Sergei Stanishev, quien perdió las últimas elecciones generales.

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