Por ello, la Asociación considera que la política económica debe centrarse «en recuperar la capacidad de crecimiento, de generar empleo y en reforzar la competitividad» de las empresas españolas.
En este sentido, la patronal señala como eje de actuación acortar los equilibrios básicos «dentro de unos límites sostenibles», por un lado, y adoptar las «reformas estructurales» que permitan un uso más intenso y eficiente de los factores de producción, por otro.
En concreto, el informe apunta como «objetivo prioritario» la corrección del déficit público estructural al horizonte del 2012, tanto para recuperar unas condiciones de crecimiento equilibrado y sostenible como para satisfacer las exigencias del Pacto de Estabilidad y de Crecimiento que exige la participación de España en la Unión Monetaria.
Al mismo tiempo, considera «urgente» avanzar en las reformas estructurales destinadas a potenciar la capacidad de crecimiento y la creación de empleo. A su juicio, los campos que requieren actuaciones a tal fin son, entre otros, el mercado laboral, la mejora de la educación, la productividad de los factores de producción, la competencia, el mercado de la vivienda y el marco legal-administrativo en el que se desenvuelve la actividad empresarial.
Tras indicar que la actividad y el comercio internacional comienzan a mostrar síntomas de estabilización, al tiempo que se disipan las tensiones en los mercados financieros, la AEB estima que en el caso de que se consoliden estas tendencias, «lo peor de la crisis quedaría atrás y se habría evitado la temida depresión que amenazaba la economía mundial».
En el caso de España, la AEB subraya que la economía está sumida en una «recesión de profundidad desconocida» y apunta al «excepcional» deterioro del mercado laboral y de las cuentas públicas como los principales rasgos diferenciales respecto a los países de la zona euro.
Respecto a la cumbre del G20 en Pittsburg, la patronal considera que las nuevas normas de regulación y supervisión que deriven de la reforma del sistema financiero internacional «no deben llevar a una distorsión de la competencia o a inhibir la capacidad de innovación».
En este sentido, el informe recuerda que el G20 considera necesario instrumentar el retorno hacia unas condiciones monetarias más neutrales y la puesta en marcha de programas creíbles destinados a sanear y asegurar la sostenibilidad a plazo de las finanzas públicas, al tiempo que aconseja evitar una retirada prematura de las medidas de apoyo.