Así, el déficit de la balanza comercial, la que mide el saldo entre importaciones y exportaciones, cayó el 55,66% hasta los 24.621,9 millones, debido a la contracción notable del comercio exterior, en un contexto de crisis en el que se han reducido las ventas y, sobre todo, las compras al exterior.
El Banco de España indica que de enero a julio las exportaciones cayeron el 20,1% y las importaciones el 31,5% en tasa interanual.
También ha influido, aunque en mucha menor medida, la reducción del déficit de la balanza de transferencias, que contabiliza salidas como las remesas de los inmigrantes y entradas como los fondos europeos, que bajó el 17,19% hasta los 5.630,8 millones, así como la disminución del superávit de los servicios.
En este sentido, la balanza de servicios, que recoge transacciones de servicios como el turismo o la consultoría, tuvo un saldo positivo de 14.128,6 millones, el 3,64% menos.
Este superávit se debe sobre todo al saldo positivo del turismo, que fue de 14.534,4 millones, el 7,8% menos. Mientras, el déficit acumulado hasta julio en los servicios no turísticos disminuyó el 63,35%, hasta los 405,8 millones.
La balanza de rentas, que recoge las entradas y salidas de rentas del trabajo y de rentas de capital como dividendos e intereses, tuvo un déficit de 18.670,5 millones, el 0,07% más.
Por otra parte, la balanza de capital, que recoge las transferencias de capital y las de los activos no financieros y no producidos (como los derechos de autor o los terrenos) generó en los siete primeros meses un superávit de 2.342,9 millones, el 42,02% menos que en el mismo periodo del año anterior.
El saldo agregado de las cuentas corriente y de capital supuso una necesidad de financiación del exterior de la economía española de 32.451,7 millones en los siete primeros meses del año, el 47,90% menos.