Esto permitirá que el Banco de España determine este mismo mes de octubre qué proyecto es el más adecuado para el futuro de la caja, proceso en el que el organismo continuará colaborando con UBS, según las mismas fuentes.
El organismo dirigido por Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha pedido fundamentalmente que sea un «proyecto financieramente sólido» y que los contribuyentes paguen lo mínimo posible, es decir, que pida la menor cantidad posible al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), o al Fondo de Garantía de Depósitos.
Hasta el momento, tan sólo BBK ha mostrado públicamente su interés en hacerse con la caja castellanomanchega, aunque también se ha incluido entre los posibles candidatos a Cajasol e Ibercaja, sin que la caja aragonesa lo haya desmentido.
El pasado 29 de marzo, el Banco de España decidió intervenir la caja y sustituir a sus órganos de administración, en cuyo lugar se colocó a tres administradores nombrados por el organismo supervisor (Jorge Pérez-Cerdá Silvestre, Carlos Miguel Hervás Arnaez y Raúl Hernández Pardo).
El Grupo Caja Castilla-La Mancha concluyó el primer semestre de este año con unas pérdidas de 138,45 millones de euros, frente a 740,42 millones que perdió en todo 2008.
Su cifra de «activos dudosos» ascendió a 30 de junio a 3.492,6 millones de euros, casi el doble de los 1.848,6 millones registrados a 31 de diciembre de 2008, con lo que la tasa de morosidad pasó del 9,32% al 17,33%.