Cuando se halló ese cadáver, la Benemérita buscaba ya al autor de una agresión con arma blanca que había sufrido una mujer ecuatoriana
sobre las 4.20 en una marquesina del mismo municipio.
Las dos mujeres presentaban el mismo tipo de heridas, aunque la ecuatoriana había sido trasladada a un centro hospitalario sin que su vida corriese peligro.
Al relacionar los dos sucesos, la Guardia Civil amplió el dispositivo de búsqueda con patrullas motorizadas del Seprona, hasta que dio con el presunto autor, que se había escondido en el campo.