Para Iranzo, su favorito era el especialista en economía financiera Benjamin Friedman, por sus análisis sobre el saneamiento de la banca.
En cualquier caso, destacó la teoría de Ostrom sobre la gestión eficiente de recursos comunales, mientras que respecto a Oliver, cuyos trabajos le resultaban más conocidos, subrayó su estudio sobre el gobierno corporativo de las empresas, «algo que está de moda».
Desde el Instituto de Empresa, Rafael Pampillón, al igual que Iranzo, admitió su sorpresa por esta concesión del Nobel, galardón para el que su favorito era Paul Romer por su trabajo sobre el crecimiento económico, en el que hace énfasis en que la diferencia entre los países ricos y pobres es consecuencia de lo que invierten en tecnología.
Pampillón ensalzó la obra de Ostrom en la que aboga por que sean los propios usuarios los que gestionen los recursos comunes y que no lo haga el gobierno correspondiente.
El profesor de ESADE Josep Sayeras, al igual que los dos economistas anteriores, se mostró extrañado por la elección, aunque aseguró que para él también hubiera sido una sorpresa que el premio hubiera recaído en Eugene F.Fama, que era el favorito de las casas de apuestas.
Sobre la elección de Ostrom indicó que el hecho de que sea la primera mujer en ganar el Nobel de Economía ayuda a regularizar el premio y añadió que está en consonancia con el hecho de que cada vez haya más mujeres investigando.
El Nobel de Economía está dotado con diez millones de coronas suecas (980.000 euros ó 1,4 millones de dólares) y, como el resto, se entrega el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de su fundador, Alfred Nobel.
La totalidad de los galardones se entrega en Estocolmo, excepto el de la Paz, cuya ceremonia tiene lugar en Oslo.