Ha reconocido que ha habido un «avance sustancial» en relación con la producción, al garantizarse para la planta de Figueruelas un volumen similar al que tiene actualmente, del 72 por ciento con la nueva generación del Corsa, que se asignará a Zaragoza junto a la planta alemana de Eisenach.
Sin embargo, ha insistido en que quedan «muchos flecos» por cerrar y ha asegurado que desconoce si los responsables de los gobiernos de Aragón y central les van a facilitar hoy alguna información.
«Vamos a esperar a ver qué es lo que dicen», ha insistido Bona, quien ha recordado que el próximo lunes el Comité de Empresa se reunirá para estudiar la oferta de Magna.
Ha hecho hincapié en que la planta zaragozana reivindica mantener su «statu quo» y con los porcentajes de producción que se asignan «todo apunta a que se mantendría», pero falta por negociar la estructura de las prensas, las dos líneas de producción y los despidos.
Sobre este último punto ha reiterado que el Comité de Empresa no va a hablar de despidos hasta que el proyecto industrial no esté cerrado.
No obstante, ha subrayado que no se van a aceptar ni los 1.672 despidos iniciales ni los 1.332 de la segunda oferta, «ni ninguno» hasta que no se sepa realmente lo que conlleva el proyecto industrial.
En la reunión de hoy, convocada para analizar el último planteamiento que el consorcio internacional Magna ha presentado para el futuro de la factoría automovilística, participan los consejeros de Economía e Industria, Alberto Larraz y Arturo Aliaga, representantes del Ministerio de Industria y la comisión permanente del Comité de Empresa de GM en Figueruelas.