Garzón ha adoptado esta decisión a instancias del fiscal Jesús Alonso y tras haberse desplazado esta mañana al hospital madrileño Gregorio Marañón a interrogar a Raagegeesey, que está ingresado con una herida de bala, y después de que se haya comprobado -mediante una prueba médica- que Willy tiene 19 años y no es menor de edad, tal y como ha asegurado.
El juez sostiene que los dos piratas somalíes, identificados como Abdu Willy y Raagegeesey, formaban parte de un grupo dedicado al asalto constituido hace más de 20 años que se denomina «Burcad Badeed», cuya traducción es «Los que roban en el mar».
Garzón relata que al frente del grupo se encuentra un jefe conocido como «Ilyas», un segundo mando llamado «Cabdulkhadir» y diez miembros más procedentes de la localidad somalí de Marka, y señala que el grupo tiene sus bases en tierra en las poblaciones de Xarardheere, cerca de Galkacyo, en las región de Mogadiscii; Iil; Garacad y Xaafuun, cerca de Bosaso, en la región de Putlandia.
«Burcad Badeed» se sirve de otros grupos igualmente organizados para el suministro de armas, apoyo logístico y económico, indica el auto. Según éste, de las declaraciones de los piratas se desprende que dos lanchas salieron del puerto Giboora y fueron remolcadas durante diecinueve millas por el esquife Foolfo, ocupado por los dos detenidos, hasta el Alakrana, que fue asaltado y retenido «hasta la fecha» con sus 36 tripulantes.
Para ello, detalla el juez, los secuestradores, que llevaban un GPS, una radio para comunicaciones, amenazaron a la tripulación con, «al menos», un subfúsil AK-47, tres bazocas y varias pistolas, armas compradas con el dinero obtenido de otros secuestros.
2.500 dólares americanos
Garzón señala que «Abdu Willy» y «Raageggesey Adji Haman», que han negado pertenecer al grupo de los secuestradores, recibieron 2.500 dólares americanos por su participación en los hechos.
Ambos han explicado al juez que ellos estaban pescando cuando llegaron los piratas con lanchas rápidas y les obligaron a llevarles hasta el primer barco que encontraran, que fue el Alakrana, tras lo que dos días después les soltaron y les dieron un dinero como «compensación», momento en el que la tripulación de la fragata española ‘Canarias’, que actúa en el Índico en marco de la operación europea de patrulla Atalanta, se percató y les apresó.
En este extremo, Garzón relata que una vez que las dos embarcaciones neumáticas enviadas desde la fragata Canarias se aproximaron al esquife, el helicóptero de apoyo informó que los dos ocupantes se hallaban tumbados y cubiertos con una manta en la zona de la popa.
36 marineros
«Cuando se hallaban a unos cinco metros del esquife, se ordenó a los ocupantes del esquife que se incorporaran y se trasladaran a proa, sin resultado positivo», indica el juez, que agrega que «en vista de la renuncia a obedecer las órdenes», el jefe del equipo de asalto decidió proceder al abordaje pasadas las 21:00 (hora peninsular) del pasado día 3.
En ese momento, una de las personas «se levantó brusca y repentinamente iniciando un movimiento sospechoso con la mano», lo que hizo que los militares hicieran «dos disparos de intimidación», de los que uno impactó en «Raageggesey Adji Haman».
En el Alakrana viajaban 36 marineros: dieciséis españoles, dos de Malasia, tres de Senegal, cuatro de Ghana, dos de Costa de Marfil, uno de las Seychelles y ocho de Indonesia.