Con 40 obras de cada uno de los pintores, el museo refleja la «rápida evolución del arte pictórico» desde principios del siglo XX, que desembocaría en la aparición del arte abstracto. Es la primera vez la obra de estos tres artistas se muestra en una perspectiva tan clara, subrayaron hoy los organizadores de la exposición, que podrá verse hasta el próximo 24 de enero.
El director del Museo de La Haya, Benno Tempel, destacó especialmente la admiración de Picasso por Cézanne, al que consideraba no solamente «el padre del arte moderno sino también su padre artístico», durante la presentación de la muestra. «Picasso (1881-1973) llegó a comprar una carta de Paul Cézanne (1839-1906) a su hijo y la guardó en su mesilla de noche», dijo como anécdota Tempel, para ejemplificar la admiración del artista español por el francés.
Inspiraciones mutuas
Para no perder los pasos de una de sus mayores fuentes de inspiración, Picasso compró a la edad de 77 años el Castillo Vauvenargue, en la Provenza francesa, desde donde podía ver el monte de Santa Victoria tantas veces ilustrado en los cuadros de Cézanne y donde finalmente el artista español fue enterrado. Avanzado a su tiempo, Cézanne pensaba que la realidad podía ilustrarse en la pintura con formas geométricas, indicó Tempel, quien explicó que esa idea fue recogida por Picasso para transformarla en el estilo cubista que a su vez inspiró al holandés Mondrian.
«En su búsqueda por buscar la ilusión de la realidad, Picasso se atrevió a pintar caras cuya frente y parte posterior se veían al mismo tiempo», remarcó el director de la pinacoteca, quien mostró su orgullo porque es la primera vez en 50 años que se vuelven a exponer cuadros de Cézanne en Holanda. Sin embargo, no fue Picasso sino Piet Mondrian (1872-1944) quien hizo evolucionar el cubismo hacia la abstracción total que caracteriza sus cuadros geométricos.
Mondrian descubrió la obra de Cezanne y Picasso en la exhibición organizada en 1911 por el Museo de Arte Moderno de Amsterdam e impresionado por la pintura del francés, dejó atrás su vida y a su prometida en Holanda y viajó a París donde conoció de primera mano la obra cubista de Picasso. Aunque hasta ese momento Mondrian solamente había leído y no visto cuadros cubistas, en París, decidió adoptar ese estilo, que en su obra evoluciona finalmente hasta la abstracción geométrica total.