En concreto, las ventas bajaron un 10% en Europa, un 2% en Norteamérica y un 3% en Latinoamérica, mientras que el descenso en Eurasia y África fue del 9%.
En el caso de Europa, Coca-Cola precisó que su facturación se vio afectada negativamente por el impacto de las divisas, mientras que, si bien los volúmenes aumentaron en la región noroccidental, este incremento «fue contrarrestado por la debilidad de España y Europa del Este debido a los considerables desafíos macroeconómicos en ambas regiones».
De este modo, en los nueve primeros meses del año, Coca-Cola obtuvo un beneficio neto de 3.526 millones de euros, un 10% más, mientras que la cifra neta de negocio retrocedió un 5%, hasta 15.678 millones de euros.