Sebastián recordó que el Gobierno central y el de Aragón condicionaron su apoyo financiero a la operación a que Magna presentara un plan industrial para Figueruelas y a que el acuerdo fuera firmado por los sindicatos, dos concesiones que se han dado.
Para cerrar esa financiación, que deberá ser negociada con el Gobierno alemán, falta ahora que los trabajadores ratifiquen el acuerdo en asamblea la semana que viene, añadió Sebastián, que recordó que la empresa se ha comprometido a abordar el recorte de plantilla desde «el punto de vista de la responsabilidad social».
«Si los trabajadores votan no a la propuesta sería una alternativa muy mala» porque Magna aún no ha cerrado la compra de Opel con General Motors y «probablemente tendría que optar por desengancharse de esta planta», afirmó Sebastián.
El ministro atribuyó el mérito del acuerdo a los sindicatos y aprovechó para recordar a la patronal CEOE que hechos como éste demuestran que el «diálogo social funciona».