Este preacuerdo implicará el despido de 900 trabajadores, 432 menos que la última propuesta de la multinacional austro-canadiense, sobre una plantilla total de cerca de 7.500.
La vicepresidenta primera destacó la competitividad de la planta zaragozana y recordó que el Gobierno está adoptando medidas tanto directas como indirectas dirigidas al sector del automóvil.
Por su parte, el presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, calificó de «muy buena noticia» el preacuerdo al que ayer llegaron UGT y CCOO y Magna sobre el futuro de la planta de General Motors en Figueruelas y felicitó a los negociadores, especialmente a los sindicatos.
En declaraciones difundidas por el Gobierno de Aragón, Iglesias mostró su felicitación especial a los sindicatos, que han negociado «hasta el límite» y que han conseguido «todo lo que se podía conseguir» hasta llegar al acuerdo que se esperaba «desde hace meses».
Ahora, recordó, van a ser todos los trabajadores los que aprueben estas negociaciones, pero también se mostró convencido de que el acuerdo será apoyado porque con él se da «seguridad a la planta» y, al mismo tiempo, se mantiene la capacidad de producción, dos elementos que se consideraban «fundamentales» en esta negociación.
El presidente aragonés insistió en que ha habido un «buen trabajo» por parte de los sindicatos y los gobiernos de España y Aragón y lo que ahora se necesita es «que ese acuerdo vaya adelante» y que se puedan producir tantos coches como hasta ahora, porque eso permitirá mantener las exportaciones y el trabajo dentro de la factoría y de todas las empresas auxiliares.