La decisión que adopte finalmente la Dirección General de Supervisión del Banco de España, que todavía no se ha comunicado a las entidades, podría obligar al sector financiero a elevar sus provisiones por este concepto en unos 3.600 millones de euros.
Esta medida no implicará un cambio de las normas de contabilidad, pero obligará a la banca a revisar el valor de sus inmuebles o suelo.
Para estas fuentes, esta decisión se interpreta como una medida de prudencia contable, porque, además del aumento de la cobertura del riesgo que implican estos activos, al revisar el valor de tasación y con los precios a la baja en el mercado inmobiliario se amortiguará el incremento de las provisiones.