Así, SEPI abonó a las compañías los 25,6 millones de euros correspondientes a dividendos e intereses de estas acciones de REE hasta que salieron a Bolsa en una Oferta Pública de Venta (OPV), pese a que el contrato estipulaba que la percepción de los rendimientos de estos títulos por parte de Endesa e Iberdrola se limitaba «a los generados hasta el momento de la enajenación».
La propia SEPI reconoce en las alegaciones al Tribunal que el «espíritu» de dichos acuerdos trataba de ser «neutro» tanto para el holding como para Endesa e Iberdrola, ya que el objetivo era dejar el accionariado de REE en los términos previstos en la normativa del sector eléctrico».