El objetivo es volver al planteamiento inicial de su negocio por medio de la desinversión en todas las operaciones de seguros (incluida la gestión de inversión) a través de ofertas públicas, ventas o una combinación de ambas vías.
Según el consejero delegado de ING, Jan Hommen, las medidas anunciadas están llamadas a resolver la incertidumbre creada por la crisis financiera, que obligó al Gobierno holandés a rescatar la entidad en dos ocasiones, en octubre del 2008 y en enero de este año.
Hommen asegura en un comunicado que durante los seis últimos meses ING ha trabajado de cerca con el Ejecutivo holandés y la CE para encontrar la manera de devolver las ayudas recibidas, asegurar la viabilidad de la entidad y evitar un impacto negativo en la competencia del sector.
Para devolver las ayudas, ING prevé comprar de aquí a enero del 2010, por 5.000 millones, las acciones que adquirió el Gobierno holandés.
ING pagará diez euros por acción más una prima de 950 millones y para financiar la operación emitirá títulos por valor de 7.500 millones.
ING había recibido una inyección de capital de 10.000 millones, en octubre del 2008, y una garantía estatal para su cartera de activos problemáticos, procedentes en su mayoría de hipotecas estadounidenses de alto riesgo.
El Estado holandés compró, a cambio de 28.000 millones de dólares, el derecho a recibir los flujos de tesorería de esa cartera.