La Fundación utiliza su simulador del Impuesto sobre la Renta Personal (FUNCASim) para llegar a la conclusión de que la eliminación de los 400 euros reportará al Estado unos ingresos de 4.514,1 millones de euros, frente a los 5.700 millones que calcula el Gobierno (1.185,9 millones menos).
Por el contrario, según las cajas, el aumento de la tributación en las rentas del ahorro contribuirá a engrosar las cuentas del Estado con 854,3 millones de euros, valor superior a los 800 millones que presupuestó el Ejecutivo.
Con la suma de estas dos medidas fiscales, Funcas prevé que los ingresos alcancen los 5.368,4 millones de euros y no los 6.500 millones que espera recaudar el Gobierno, lo que supone una diferencia de 1.131,6 millones entre ambas previsiones.
Asimismo, la Fundación de las cajas asegura que la pérdida media crecerá con el nivel de la renta debido a que quienes declaren hasta 3.014 euros pagarán 178 euros adicionales, frente a los 668 euros que deberán pagar los contribuyentes de la franja más alta (con más de 35.246 euros a declarar).
La reforma fiscal supondrá una pérdida media de 2.194 euros anuales para el contribuyente, principalmente por la eliminación de los 400 euros del IRPF a partir del próximo ejercicio.
Funcas señala que el 84% de los perdedores de la reforma tienen las rentas salariales como principal fuente de ingresos, mientras que el 11% tienen las actividades económicas, y el 4% las rentas de capital.
Por comunidades, Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía concentran el 67% del total de las personas que saldrán perdiendo con la reforma del IRFP.
Respecto a la modificación del IVA, la Fundación calcula que la recaudación anual total agregada se elevaría un 7,9% con las subidas de los tipos general y reducido (un 5,2% teniendo en cuenta sólo el tipo general).
En total, FUNCAS cifra en torno a 2.700 millones de euros el impacto recaudatorio de la reforma propuesta de IVA, por lo que la previsión del Gobierno de 5.150 millones le parece «exagerada».
En otro apartado de los cuadernos, el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña, reitera en una entrevista que la reducción «drástica» de los ingresos tributarios, junto a los planes de estímulo y el efecto de estabilizadores automáticos como las prestaciones por desempleo, han provocado que el gasto público se haya disparado.
En este sentido, Ocaña recuerda que el equilibrio presupuestario tardará en llegar «varios años», por lo que hace falta un compromiso «explícito» para que el desequilibrio en las cuentas sea temporal.