lunes, enero 20, 2025
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Alemania exige la devolución de las ayudas y Bruselas advierte de que no permitirá una «guerra de subsidios»

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El Gobierno alemán ha exigido además la devolución de los 1.500 millones de euros de ayudas puente aportados para apoyar la frustrada operación. «Con esa decisión se ha interrumpido un proceso de inversiones que se había desarrollado a lo largo de más de seis meses por todas las partes implicadas, también GM», dijo Ulrich Wilhelm, portavoz oficial del Gobierno germano esta madrugada. En esta línea se manifestó el ministro de economía germano, Rainer Brüderle, que calificó la decisión de «inaceptable».

El Ejecutivo alemán añadió que el concepto para Opel desarrollado por Magna y el banco ruso Sberbank, favorecido también hasta el final por la propia General Motors, se ha caracterizado por una «lógica industrial convincente».

Wilhelm subrayó que el Gobierno alemán espera ahora que General Motors refuerce la capacidad de rendimiento de Opel y que limite al mínimo las consecuencias de su necesaria reestructuración.

Asimismo espera que General Motors devuelva dentro de los plazos contractualmente previstos las ayudas puente a Opel de 1.500 millones de euros aportadas por el instituto financiero estatal alemán KfW y los bancos de los estados federados afectados.

Finalmente comentó que la canciller alemana, Angela Merkel, ha pedido al nuevo ministro de Economía, el liberal Rainer Brüderle, que informe hoy al consejo de ministros sobre la situación del caso Opel tras la inesperada decisión de General Motors.

Mientras tanto, el jefe del gobierno regional del estado federado de Hesse, Roland Koch, se mostró «muy afectado e irritado» por la decisión de GM de no vender Opel a Magna.

Evitar guerra de subsidios

Entre tanto, la Comisión Europea (CE) ha vuelto a advertir de que no permitirá una «guerra de subsidios» entre los gobiernos europeos encaminada suavizar el nuevo plan de reestructuración de Opel, y se ha ofrecido para mediar.

«En el pasado ya ofrecimos nuestros servicios y estamos dispuestos a seguir haciéndolo si se plantea la necesidad», ha comentado el portavoz comunitario de Competencia, Jonathan Todd.

Bruselas no quiere que se repitan las tensiones entre estados miembros surgidas a raíz de la bancarrota del fabricante estadounidense y su anuncio de que vendería la filial europea.

El pasado 16 de octubre la CE halló «indicios significativos» de que las ayudas prometidas por Alemania a Opel podían estar condicionadas a que Magna fuese la elegida por GM para hacerse con el control de Opel, y al plan presentado por este grupo austríaco-canadiense, lo que habría supuesto una violación de las normas de competencia.

Bruselas pidió entonces garantías a Berlín de que esas ayudas estarían disponibles con independencia de cuál fuera el comprador final de Opel y de que no interferiría políticamente en las decisiones empresariales.

Tras conocerse que GM no venderá finalmente la marca europea, la Comisión ha expresado su deseo de que el nuevo plan de reestructuración que ponga en marcha la compañía sea «sólido» y garantice «empleos duraderos».

Todd se ha limitado a «tomar nota» de la decisión del fabricante estadounidense pero ha advertido no obstante de que la CE verificará la compatibilidad de cualquier ayuda que los estados miembros de la UE pudieran conceder.

El portavoz ha recalcado una vez más que las ayudas previstas por los gobiernos bajo el marco temporal de apoyo al sector automovilístico sólo pueden servir para hacer frente a los problemas derivados de la reciente crisis financiera y económica, por lo que no pueden condicionar las decisiones empresariales relativas a la ubicación futura de instalaciones y capacidades de producción dentro de la UE.

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