En cuanto a los datos de paro publicados ayer por su Ministerio, que arrojan un incremento de casi 99.000 desempleados en el mes de octubre, Corbacho subrayó que, pese a tratarse de un dato negativo, tiene un «punto de esperanza», pues en él se aprecia una «cierta desaceleración» respecto a la subida de octubre de 2008 (más de 192.000 parados).
Sobre si comparte la visión de la vicepresidenta económica, Elena Salgado, de que España empezará a crear empleo a partir del segundo semestre de 2010, Corbacho se limitó a señalar que la «condición sine qua non» para dejar de destruir empleo es frenar el crecimiento negativo de la economía.
«Cuando pasemos de recesión a crecimiento positivo, aunque sea poco, dejaremos de destruir empleo y a partir de ahí veremos qué tiempo se necesita para recuperar los 1,5 millones de empleos perdidos por la crisis», manifestó el ministro.
Corbacho recordó además que aunque históricamente se ha estimado que la economía española crea empleo a partir de un crecimiento del PIB del 1,5%, otros analistas creen que se pueden generar puestos de trabajo creciendo menos.
El «peso muerto» de la construcción»
De cara a la recuperación, el ministro indicó que España va a tener en la construcción un «peso muerto» superior al resto de las economías de su entorno, pues el sector no podrá funcionar al mismo nivel que antes, al tiempo que habrá que intentar reubicar a las 800.000 personas que trabajaban en el ‘ladrillo’ y que ahora están en la calle.
En este sentido, Corbacho aseguró que ni el Gobierno socialista «ni nadie» está en condiciones de ofrecer de manera inmediata a esos 800.000 trabajadores una alternativa de empleo en otros sectores, que además están en crisis, y precisó que «lo único que cabe a medio y largo plazo» para proporcionar actividad a parte de quienes trabajaban en la construcción de vivienda nueva es la VPO y el mercado de la rehabilitación.