Será en el último trimestre del 2010 cuando la economía deje ver por primera vez tasas de crecimiento intertrimestral positivas, para cuando se espera además una recuperación del consumo privado.
Y pese a una recuperación más tardía que en el conjunto de la Eurozona, la economía española alcanzará un potencial de crecimiento cercano al 1,5% en los próximos años, inferior al de antes de la crisis pero, pese a ello, mayor aún que el de la UE.
Eso sí, mientras dure la crisis, la caída será aún mayor. La economía caerá un 3,8% este año y un 1,2% en 2010, previsiones más negativas ambas que las del Gobierno español.
Hasta entonces, será necesario buscar los incentivos a la recuperación, aunque el servicio de Estudios alerta de que la concesión del crédito a empresas y familias seguirá su contracción durante el próximo ejercicio, lo que influirá tanto en el consumo de las familias, como en la inversión, que se mantiene en tasas muy bajas, algo que no es tan grave, según Escrivá, si se tiene en cuenta que se venía de tasas de crecimiento interanual de la inversión muy elevadas.
La contracción del crédito seguirá siendo mayor en las empresas relacionadas con la actividad inmobiliaria, un sector que seguirá registrando caídas anuales en el PIB durante los próximos años, pero que, según Domenech, a medio y largo plazo permitirá un volumen de transacciones de entre 350.000 y 400.000 viviendas anuales.
Y el déficit por cuenta corriente y su mejor comportamiento en los últimos meses tendrá un primer obstáculo en la lenta recuperación de Europa, el primer mercado exportador de España.
Reforma laboral
Escrivá ha vuelto a incidir en la necesidad de una reforma laboral que acabe con la dualidad existente entre los contratos fijos y los temporales. Así, recuerda que la tasa de temporalidad, cercana al 25%, duplica a la de la Eurozona. Por ello, apuesta «no por reducir los costes de despido, sin o reequilibrarlos». la reforma laboral debería, además, aumentar la protección para el trabajador y reducir la incertidumbre existente entre los empleados temporales.
Pero Escrivá también cree necesario una mejora de la competitividad y de la productividad que no esté ligada a la destrucción de empleo.
En cuanto a la futura subida del IVA, desde el Servicio de Estudios ya habían pedido anteriormente un incremento de esta fiscalidad, aunque insisten en que ello debería ir ligado a una reducción de las cotizaciones, lo que en ese caso provocaría un efecto similar a una «devaluación de la moneda». En cualquier caso, Escrivá advierte al Gobierno del efecto distorsionador de esta subida, que provocará una «caída del consumo en favor del ahorro, lo que llevará a una caída del PIB y del empleo». La previsión de la entidad es de una caída de medio punto en el crecimiento económico.
Pese a todo, reconocen que la imposición al consumo (IVA e impuestos especiales) de España es una de las más bajas de la Eurozona, por lo que todavía existe margen para incrementos fiscales.
Precisamente estos incrementos fiscales son una de las herramientas que «hay que ver como algo necesario para el ajuste fiscal» y cumplir así la previsión de cerrar el 2012 con un déficit fiscal del 3% del PIB, algo que Rafael Domenech considera «todo un reto».
Según las previsiones de la entidad, el 2010 se cerrará con un déficit del 10,3% del PIB en el conjunto de las Administraciones Públicas.