Este año el declive de la actividad económica provocará que el crudo se estabilice en torno a los 60 dólares por barril, frente a los 97 dólares de media que alcanzó el año pasado, señala la AIE.
Según las estimaciones del organismo, el ritmo de crecimiento de la demanda mundial de petróleo será del 1%, lo que supone pasar de los 85 millones de barriles diarios consumidos en 2008 a los 105 que se demandarán en 2030.
También prevé que los combustibles fósiles acapararán tres cuartos de la futura demanda energética y los países no miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se apuntarán el 90% de dicha demanda.
Dentro de los países en vías de desarrollo, China e India seguirán a la cabeza del incremento de necesidades energéticas, con una demanda futura que alcanzará el 50%.
China, en particular, superará a Estados Unidos, mayor consumidor del mundo, y se convertirá en el país con mayor demanda de petróleo y gas importado en 2025, según proyecta la AIE.
Otro de los desafíos que refleja el informe es la «pobreza energética» pues todavía hay unos 1.500 millones de personas sin electricidad, que se reducirán hasta los 1.300 millones en 2030, «aunque el acceso universal -indica el informe-, podría lograrse con una inversión de 35.000 millones de euros anuales».
La AIE asegura que «contener el cambio climático es posible» pero que requerirá «una profunda transformación del sector de la energía».
Para ello «se necesita un agresivo plan de acción para limitar la concentración a largo plazo de gases de efecto invernadero», que permita mantener el aumento de la temperatura en 2 grados centígrados y no en los 6 grados previsibles si se sigue consumiendo energía como hasta ahora, dice la AIE.
Los planes que solicita la Agencia pasan por mantener el volumen de carbono en la atmósfera en 450 partículas por millón, lo que la AIE denomina el «Escenario 450».
Este escenario requiere que el pico energético global se alcance en 2020, para empezar después una caída en el consumo que se sitúe en los 26,4 gigatones en 2030, por debajo de los 28,8 gigatones registrados en 2007.
La AIE subraya el importante papel que desempeñan las tecnologías «bajas en carbono» y espera que para 2030, el 37 % de la electricidad mundial provenga de las energías renovables, que el 18 % corresponda a la producción nuclear y que el carbono sólo represente el 5 %.
Además habría que lograr que las ventas de vehículos alternativos (híbridos o eléctricos) se situasen en torno al 60 % del total, frente al uno % registrado actualmente.
También deberá limitarse el consumo de gas, que debería rondar un 17 % más que actualmente en 2030 y no un 41% más, si se continúa con los mismos usos energéticos, mantiene la AIE.