En el estudio se subraya también que el 23,5% de las empresas salen reforzadas a medio y largo plazo en situaciones de crisis sobre todo por conseguir refinanciar su deuda como lo ha hecho el 73% de las compañías estudiadas y un 64% han logrado optimizar su circulante (mejorar su liquidez con reducción stocks, gestión de cobros y gestión de pagos).
Uno de los fallos de las empresas que ha detectado el estudio es que «tienen muchas esperanzas puestas en los resultados que a corto plazo se pueden obtener con el incremento de las ventas», añadió la misma fuente.
Sin embargo, la realidad es que de media sólo se consigue cumplir los planes de mejora de ventas en un 13% de las ocasiones.
Además, estas empresas que consiguen buenos resultados suelen deber su éxito a situaciones de concentración sectorial y al crecimiento de las ventas en el ámbito internacional.
Según las mismas fuentes, ha habido un avance importante en la gestión de costes aunque aún queda mucho trabajo por hacer en la gestión de tesorería/caja.
Además, los próximos meses va a ser prioritaria la mejora en el área de mercadotecnia y ventas.
Esas son, entre otras, las principales conclusiones del II Estudio sobre Gestión de Crisis en España: Gestionando en el nuevo entorno, tras haber analizado la gestión de 183 empresas representativas del tejido empresarial español.
«Hemos identificado que, tras la primera toma de decisiones a los 17 meses, se necesita una segunda toma de decisiones a los 24 meses porque no se habían producido todos los efectos deseados», según Eduardo Navarro, socio director de IMPROVEN y responsable del estudio.
Pero el estudio señala también que de ese 23,5% de empresas que salen reforzadas en el medio-largo plazo «no quiere decir que estas empresas solamente sobrevivan a la crisis sino que además, tras ésta, tienen una mejor posición competitiva que antes».
«Cuando llega la crisis, habitualmente los sectores se reducen tanto en tamaño como en número de competidores, por lo que se tiende a repartir el mercado que queda y la situación final no tiene por qué ser tan mala», ha explicado Navarro.
Sin embargo, «un error importante es que la mayoría de las empresas se enfoca en pocas líneas de acción con mucho énfasis en el redimensionamiento de estructura y plantillas y la reducción de gastos generales», ha añadido.
La tendencia en la actuación en los que mejor gestionan se centra además de en esas líneas de acción anteriores, en la desinversión en unidades de negocio no rentables, refinanciación de deuda, mejora de la gestión de compras, ajuste de recursos a las ventas, control de caja u optimización de pagos a proveedores.