Quintás comparó la crisis con el toreo y aseguró que ante la situación económica «se puede esperar a ver si el toro se va, pero éste puede ser muy fuerte y derribar el burladero», por lo que en su opinión «ante la crisis, igual que con el toro, la única solución es salir con coraje y lidiarla».
A su juicio una de las razones por las que esta situación puede durar años en España es que se está viviendo «el proceso más rápido en la Historia de la Humanidad de re-adjudicación de la producción mundial», que pasa a los países emergentes, «y en términos de competitividad, estamos muy mal».
Las opciones españolas ante esa redistribución mundial «son bajas, y van disminuyendo», pues la construcción va a seguir colapsada y ese hueco debería ser cubierto por otros sectores, que además deben ser competitivos y capaces de conseguir mercados exteriores.
La otra razón, dijo Quintás, es que la sociedad española no se ha organizado y ha confiado lo público «a los políticos», y advirtió de que «el peor problema es el futuro inmediato que nos aguarda, pues de una situación confortable en el presente pasaremos a un gran riesgo».
Ante una situación extraordinaria se requieren recetas extraordinarias, prosiguió el presidente de la CECA, quien abogó por «salir» de la crisis, ya sea «brillantemente o a coscorrones y humillados».
Para ello no hacen falta «ni una reforma ni dos», sino «un haz» de reformas estructurales para modernizar España, y «aunque ahora se hable de la masturbación -ironizó- habrá que ver qué medidas se establecen aunque exijan costes y sacrificios».
Defendió el que las fuerzas políticas asuman su liderazgo en este ámbito igual que en su momento se hizo con los pactos de la Moncloa o posteriormente, para el sistema de pensiones, con los de Toledo.
«Nunca se habrá justificado más un pacto de Estado que ante esta situación», añadió Juan Ramón Quintás, quien advirtió de que no se trata de una apuesta por la continuidad «sino de una llamada desesperada a salir de ésta».