El tribunal federal del distrito sur de Nueva York, cercano a la «zona cero» y al lugar en que se alzaban las Torres Gemelas derribadas el 11 de septiembre de 2001 por un ataque terrorista, será el escenario en que se juzgue a cinco de los implicados en el atentado, el peor de la historia de Estados Unidos. «En Nueva York se han celebrado otros juicios contra terroristas», dijo el fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, al anunciar en Washington que cinco sospechosos de los atentados del 11S, ahora en prisión en Guantánamo (Cuba), serán trasladados a Nueva York para ser juzgados y que la fiscalía pedirá la pena de muerte.
Esta ciudad, además, «tiene una larga historia» de juzgar casos de terrorismo, dijo Holder, que subrayó que Jalid Sheij Mohamed, el supuesto y autoproclamado cerebro de los ataques, Walid bin Atash, Ramzi Bin AlShibh, Ali Abdul Aziz Ali y Mustafá Al Hawsawi comparecerán ante la Justicia muy cerca de donde se cometieron «los atentados más mortales nunca ocurridos en Estados Unidos». «Apoyo al la Administración Obama en su decisión de juzgar a los terroristas del 11S en Nueva York», aseguró hoy su alcalde, Michael Bloomberg, que consideró «adecuado» que se les haga justicia «al lado de donde muchos neoyorquinos fueron asesinados».
El tribunal federal del distrito sur de Nueva York fue establecido por la ley Judicial de 1789 y es el primero que se creó en Estados Unidos, inicialmente destinado a tratar asuntos relacionados con el derecho marítimo. «Desde entonces ha emergido como uno de los tribunales más distinguidos, no sólo por la naturaleza de los asuntos que trata, sino también por los renombrados juristas que han actuado desde sus salas», señala esa misma corte federal en su página por internet.
Situado en el sur de Manhattan, este edificio de 37 pisos construido en 1936, diseñado por el arquitecto Cass Gilbert y dedicado, desde el 4 de diciembre de 2000, a uno de los políticos más destacados de Estados Unidos, el ex embajador y senador neoyorquino Daniel Patrick Moynihan (1923-2003), tiene 35 salas de juicios. Los cinco imputados en esos atentados, ocurridos en Nueva York, Washington y el norte de Virginia, están acusados del asesinato de 2.793 personas, y para ellos la fiscalía, dijo Holder, pedirá la pena de muerte.
En este mismo tribunal también se celebrará, desde el 13 de septiembre de 2010, el juicio contra el tanzano Ahmed Khalfan Ghailani, el primer preso de la base naval de Guantánamo que en junio pasado fue transferido a suelo de EEUU para su enjuiciamiento. Ghailani, presunto guardaespaldas de Osama Bin Laden y acusado de pertenecer a la red terrorista Al Qaeda, aunque él lo ha negado, estuvo preso desde 2006 en Guantánamo por su supuesta participación en los atentados contra las embajadas estadounidenses en Tanzania y Kenia en 1998, en los que murieron 224 personas.
En Nueva York también se celebró el juicio contra Omar Abdel-Rahman, el autor intelectual de los atentados de 1993 contra el World Trade Center. La decisión de las autoridades estadounidenses de trasladar a la Justicia civil los casos relacionados con el terrorismo y los atentados del 11-S son parte esencial del plan del presidente Barack Obama para cerrar el centro de detención que su predecesor, George W. Bush, abrió en la base de Guantánamo, en la que quedan 215 presos. El Gobierno dio como fecha del cierre de Guantánamo el próximo 22 de enero, pero podría haber algún retraso en ese compromiso. Todavía se desconoce la fecha en que los cinco acusados serán trasladados a Nueva York y se espera a que el Gobierno la comunique, como dispone una ley aprobada este año que indica que esa notificación se tiene que hacer 45 días antes de efectuarse el traslado.
Situación de riesgo
Aunque algunos legisladores estadounidenses consideraron que la llegada de esos terroristas a Nueva York, podría suponer una situación de riesgo, Holder aseguró que en esta ciudad hay seguridad suficiente como para celebrar el juicio. «La Policía de Nueva York y las autoridades federales manejarán la seguridad con experta habilidad. El departamento de Policía de Nueva York es el mejor del mundo y tiene experiencia en tratar con sospechosos terroristas de alto perfil y con los aspectos logísticos que acompañan a esos juicios», afirmó a su vez Bloomberg. La decisión del Gobierno estadounidense ha sido recibida por algunos de los familiares de las víctimas neoyorquinas del 11-S con satisfacción, ya que muchas veces habían pedido que el juicio se celebrara en la ciudad que más sufrió por esos atentados.