El Banco de España ha abogado en reiteradas ocasiones por reducir las 45 cajas de ahorros en un número menor para conseguir entidades con mayor solvencia y estabilidad financiera.
De hecho, según publicó este martes el Financial Times, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, al menos 15 de estas entidades deben ser absorbidas por otras más saneadas.
No obstante, según matizaron fuentes financieras, hasta entonces queda bastante trabajo por delante y pusieron como ejemplo el proyecto de fusión ya iniciado entre Caja España y Caja Duero, al que en principio se iba a unir Caja Burgos.
Pero, tras la retirada de la entidad burgalesa, algunos expertos consideran que su «hueco» lo podría ocupar Caja Segovia y Caja Ávila, frente a otros que se decantan porque sean estas últimas las que acaben fusionándose con Caja Burgos.
En cualquier caso, recordaron que será el Banco de España el que juzgue la viabilidad de cada proyecto y decida si conviene «invitar» a otras entidades a formar parte de ellos.
Otra de las fusiones de las que más se ha hablado es la de la vizcaína BBK y la guipuzcoana Kutxa, aprobada por sus consejos de administración el 30 de octubre y que dará lugar a la tercera caja por beneficios.
Cajas andaluzas
La entidad resultante se llamará Caja de Ahorros de Euskadi, y a ella podrá sumarse la alavesa Vital, que principalmente por motivos políticos ha entrado y salido del proyecto en varias ocasiones.
Por otra parte, las andaluzas Unicaja, Cajasur y Caja Jaén también preparan su fusión, acordada en agosto, con el objetivo de alcanzar el quinto puesto en el ránking del sector.
Mientras tanto, la también andaluza Cajasol busca su mejor opción y todo apunta a que podría incluir a Caja Guadalajara, aunque se desconoce si a través de una fusión o de un acuerdo para configurar un grupo económico mediante la integración de negocios y la puesta en común de políticas de riesgo.
Esta opción, denominada SIP (sistema institucional de protección), es la elegida por Caja Navarra y Caja Canarias, y también por Caja Rioja, Caja Inmaculada y la Insular de Canarias.
En Extremadura, Caja Badajoz ha anunciado su voluntad de unirse con Caja Extremadura, cuando ésta renueve sus órganos de gobierno.
Otro ejemplo de fusión es el de Caixa Catalunya, Caixa Manresa y Caixa Tarragona, que a finales de noviembre tienen previsto presentar ante el Banco de España y la Generalitat su proyecto para constituir la cuarta entidad del sector, con 81.000 millones en activos, aunque existen dudas sobre el éxito del proyecto por la cantidad de recursos que se podrían requerir.
También en Cataluña, las pequeñas cajas de Terrassa, Sabadell, Manlleu y Girona ultiman su integración, que podría estar finalizada la próxima primavera.
Sobre la mesa también está pendiente la absorción de Caja Castilla La Mancha por Cajastur, después de que el supervisor haya aprobado a principios de mes la operación, para la que no será necesario el uso de recursos públicos y que mantendrá la independencia e identidad de ambas entidades.