Campa cree que la vuelta al crecimiento en términos trimestrales puede llegar «en cualquier momento». En este sentido apuntó que aunque el Gobierno mantiene en sus previsiones que el primer avance del PIB se registrará en el segundo trimestre del 2010 «ojalá ocurra antes», porque es una cuestión ya «de décimas».
Campa aclaró no obstante que la creación de empleo tardará más, y aunque en el conjunto del 2010 aún no se consiga o sea «muy pequeña» se espera que vuelva a registrarse un aumento a finales de ese año o principios del 2011. La previsión oficial del Ejecutivo es que el empleo decrezca el 0,3% el próximo año.
En cualquier caso destacó que ya hay datos del cuarto trimestre que apuntan a que se va a consolidar esta moderación y que auguran «mejoras suaves y sostenidas del PIB».
Campa recordó que los bajos tipos de interés y la reducción de los precios, así como la mejora de la confianza y del entorno internacional, están detrás de la moderación que la caída económica ha registrado en el tercer trimestre.
También subrayó las medidas de estímulo puestas en marcha por el Gobierno, que en su opinión muestran ya efectos positivos en el consumo y la inversión.
Y es que aunque la demanda interna siguió restando al crecimiento, esta fue menor al del anterior trimestre: 6,5 puntos frente a los 7,4 del segundo trimestre, porque el consumo aminoró su caída gracias a una «percepción de la economía menos negativa por parte de las familias». Esto permitió que el gasto de los hogares cayese el 5,1% interanual, frente al 6% registrado en el segundo trimestre.
Por su parte, el gasto de las administraciones públicas siguió creciendo, el 4,9%, aunque en menor medida que en el segundo trimestre, debido a un menor ritmo de las compras públicas de bienes y servicios, así como de la remuneración de sus asalariados.
Mientras, la inversión continuó retrocediendo de forma intensa, el 16,2%, aunque también esta caída fue menor que la del segundo trimestre, del 17,2%.
La inversión más productiva, la destinada a bienes de equipo, continuó siendo la que peor evolucionó, aunque también se moderó cuatro puntos al caer el 24,3%, mientras que la inversión en construcción retrocedió el 11,5% casi igual que en el segundo trimestre.
Prosigue el descenso de la inversión residencial, que fue del 25,5%, por el menor ritmo de la iniciación de viviendas, mientras que la construcción no residencial siguió mejorando gracias al aumento de las obras en infraestructuras, sobre todo la vinculada al tren de alta velocidad y a los ayuntamientos (por el Fondo de Inversión Local).
En cuanto a la demanda externa, sigue siendo la que da una aportación positiva al crecimiento, que en el tercer trimestre fue de 2,5 puntos.
Tanto las importaciones como las exportaciones bajaron menos en el tercer trimestre. Así, las ventas al exterior retrocedieron menos, el 11,1% (frente al 15,1% del segundo trimestre) y las compras cayeron el 17%, frente al 22% anterior.
La estadística del INE muestra por otra parte la actividad de los distintos sectores de la economía, que redujo también su caída. La actividad industrial, la que más se resintió con la crisis, redujo su caída 1,3 puntos hasta el 14,5%; en la construcción se mantuvo en un retroceso del 6,6%, y en los servicios su debilitamiento se estabilizó en una caída del 1,3%.
El empleo, por su parte, descendió al mismo ritmo que en el segundo trimestre, un 7,2%, lo que equivale a la pérdida de 1.360.000 puestos de trabajo a tiempo completo.
Al igual que en los dos trimestres anteriores, el nivel de empleo decreció en todas las actividades, excepto en los servicios de no mercado, en los que aumentó el 2,3%.
Al analizar la evolución de los salarios, se comprueba que éstos decrecieron el 3,4%, aunque también bajó, el 3,3%, el excedente de explotación bruto, en el que se incluyen los resultados de las empresas y de los autónomos.
Por primera vez en la historia de la Contabilidad Nacional, el deflactor del PIB, que mide el nivel de los precios de los bienes y servicios contabilizados en el PIB, fue negativo, en cuatro décimas.
Así, destacó que el gasto en bienes duraderos ha aumentado gracias a medidas como el Plan 2000E, de ayuda a la compra de coches, y otras iniciativas de estímulo han empujado la inversión en bienes de equipo.
En cuanto a la construcción, Campa advirtió de que no volverá a tener el fuerte peso de otras épocas, ni será el sector que empuje a la economía a la recuperación, porque seguirá ajustándose y deberá llegar a un equilibrio entre oferta y demanda que cifró en unas 400.000 viviendas al año.