Poco duraron los 12.000 puntos y los máximos anuales. Las ganas de los inversores de hacer caja, por lo que pudiera pasar, han llevado a las plazas mundiales a ceder posiciones con la excusa de unas cifras macro que no acompañaban al optimismo.
En este sentido, los inversores ignoraron las cifras de empleo de EEUU, donde el Departamento de Trabajo anunció que la pasada semana las peticiones de subsidio de desempleo se mantuvieron planas en 505.000 mientras que los indicadores líderes subieron en octubre un 0,3% y la encuesta Fed de Filadelfia se situó en noviembre en 16,7 puntos, frente a los 11,5 de octubre.
Asimismo, el mercado ignoró el crecimiento del 0,4 por ciento de las ventas minoristas en el Reino Unido en octubre y de las hipotecas el 5 por ciento así como el apoyo del secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, que esperaba que la economía siga creciendo en 2010.
No obstante, fueron las advertencias de la OCDE las que desataron la inquietud entre los inversores. En concreto, el organismo adviertió que el paro será uno de los principales obstáculos para la recuperación económica mundial. No obstante, la OCDE ha confirmado que EEUU saldrá antes de la crisis que la UE.
En cuanto a España, la OCDE ha revisado al alza las expectativas de crecimiento de la economía española para el actual año y el 2010, cuando sufrirá una contracción del 3,6 y del 0,3% respectivamente, mientras que para el 2011, la institución pronostica un crecimiento del Producto Interior Bruto del 0,9%, la tasa más débil entre los países que forman parte de la organización.
En cuanto al área empresarial, los inversores acogieron con ventas la necesidad de capital de ABN-Amro, unos 3.000 millones. SIn salir del sector financiero, JP Morgan anunció que comprará el 50% de la participación que no tenía en la firma de corredores de bolsa Cazenove, en un acuerdo estimado de mil millones de libras (unos 1.700 millones de dólares).
Sin embargo, al otro lado del Atlántico el sector tecnológico se convirtió en el lastre de los mercados en la apertura después de que los analistas de Bank of America Merrill Lynch recortaran hasta neutral la recomendación sobre Intel, Texas Instruments, Marvell Technologies y LSI.
Por su parte, AOL presentó un agresivo plan de reestructuración que incluye un recorte de un tercio de su plantilla, unas 2.300 personas mientras que la unidad de Time Warner se separará de la matriz el próximo nueve de diciembre.
De vuelta a la bolsa española, todos los grandes valores finalizaron teñidas de rojo. En concreto, BBVA cedió un 2,09%; Iberdrola cayó un 1,69%; Repsol se dejó un 1,65% mientras Telefónica bajó un 1,37%, y Banco Santander perdió un 1,28%.
En cuanto al resto de valores del indicador, la mayor caída del Ibex correspondió a Ferrovial, que se dejó un 3,63%. Mapfre retrocedió un 3,31%, mientras que Cintra cedió un 3,25%.
Sólo tres compañías consiguieron escaparse de la quema lideradas por Técnicas Reunidas que subió un 0,56%, en tanto que Gamesa avanzó un 0,07%, y Banesto, un 0,06%.
Wall Street baja un 0,9%
La bolsa de Nueva York cerró con pérdidas por segundo día consecutivo y el índice Dow Jones de Industriales bajó un 0,9 por ciento, en una sesión desfavorable para los sectores tecnológico y de energía, entre otros.
Ese indicador bursátil retrocedió 93,87 puntos y finalizó en 10.332,44 unidades, en tanto que el selectivo S&P 500 bajó el 1,34% y el mercado Nasdaq cedió un 1,66%.