El pesquero navega en dirección a las islas Seychelles, escoltado por la fragata Canarias. Uno de los marineros ha sido trasladado al buque militar después de que se creyera que sufría una angina de pecho aunque, una vez examinado, se ha comprobado que está bien y estable.
El JEMAD ha recalcado que no se procedió a atacar a los piratas hasta que el patrón del Alakrana comunicó que el último somalí había abandonado el barco, y ha dicho que fue entonces cuando uno de los helicópteros de la Armada comenzó a perseguir a los secuestradores que se dirigían a toda velocidad hacia la costa. El otro helicóptero permaneció junto al Alakrana para evitar que fuera recapturado por los piratas.
«Dos minutos más tarde de que se confirmase que no estaban en el pesquero, el helicóptero ya estaba en persecución» del esquife en el que, con gran velocidad, los piratas se dirigían a la playa, ha manifestado el JEMAD.
Con el fin de detenerlo, el helicóptero abrió fuego «por la proa» y, a continuación, «en la zona del motor», aunque «debido a la corta distancia de la playa» los dos esquifes la alcanzaron, y los piratas desembarcaron y se confundieron con la gente que estaba allí. «No hubo heridos, ni muertos», ha indicado, antes de relatar que el helicóptero se dirigió entonces hacia el Alakrana para unirse al objetivo de evitar su recaptura por otros piratas.
Objetivo «humano» y «moral»
Tanto el JEMAD como la ministra de Defensa han hecho hincapié en que los militares han actuado, desde el inicio del secuestro, sobre la base de que el objetivo central era el regreso «sanos y salvos» de los tripulantes del pesquero.
Chacón ha recalcado que, junto a ese objetivo «humano» y «moral», las Fuerzas Armadas han desarrollado su cometido «en estricto cumplimiento» del mandato de la «operación Atalanta», y en completa coordinación con los países que la integran.
Preguntada por el rescate que, según algunos medios, podría haber ascendido a 2,7 millones de euros, Chacón ha reiterado que el Gobierno ha puesto sobre la mesa «todos los esfuerzos en todos los ámbitos», político, diplomático, de inteligencia, cooperación internacional y militar, pero ha añadido que todos han sido, «siempre y únicamente, legales».
El JEMAD ha confirmado que se barajaron dos opciones: un asalto al buque, que fue desechado para no poner en riesgo a la tripulación, y la colocación de estachas, que también se desestimó porque la configuración del Alakrana la «hacía poco viable».
Detención de los piratas que están en España
También ha relatado cómo se produjo la detención de los dos piratas que se encuentran a disposición de la Justicia española, y la permanente vigilancia que las fragatas Canarias y Méndez Núñez realizaron «a cierta distancia» del pesquero para evitar ser detectadas por los piratas.
Asimismo, ha explicado que se reforzó la unidad de guerra naval de la «Canarias» para lo que fue preciso «en menos de 48 horas» enviar a la zona una unidad de guerra naval que fue lanzada en paracaídas en alta mar desde un avión Hércules.
Ese mismo día, se embarcó a los dos piratas detenidos a un petrolero francés que los llevó a Yibuti, desde donde fueron trasladados al avión militar español que los envió a España, siempre custodiados por personal de la Armada española.
«Sí, decidimos actuar. Por dos veces», ha remarcado el JEMAD. La primera durante la persecución para evitar que el «Alakrana» llegara a la costa, con la detención de dos de los piratas y, la segunda, tras confirmar que los secuestradores habían abandonado el pesquero, intentando su captura.