José María Marco califica al escritor granadino como «un buen narrador, un hombre que sabía contar buenas historias, dueño de un castellano sobrio y limpio». En opinión del profesor de la Universidad Pontificia de Comillas, Ayala era un «estilista que se interesó por los aspectos morales de la realidad».
Sobre el estilo del autor de El jardín de las delicias, el experto en literatura opina que Ayala tenía una escritura que «aparentemente podía ser calificada como distante, incluso fría, pero en realidad apelaba al compromiso desde ese escudo irónico y distante». José María Marco destacó la importancia que el exilio tuvo en la vida y obra del escritor, aunque recuerda que Ayala pudo regresar «pronto» -en los 60 empezaron sus viajes a España, después de vivir en Latinoamérica y EEUU-.
Preguntado por su figura humana, el profesor considera a Ayala un hombre «muy completo e inteligente, una persona de gran cultura». En su opinión, Ayala fue «un superviviente, no sólo de su propia generación, sino de la siguiente». El historiador destacó la figura del granadino como «cronista», una persona que ha podido «transmitir una trayectoria personal y literaria muy amplia, que comenzó antes de la Guerra Civil y que ha terminado ahora».
En cuanto a su extensa obra literaria, Marco opina que lo mejor de Ayala pertenece a los años 60-70, cuando regresó a España tras el exilio. El profesor cita obras como El jardín de las delicias,Muertes de perro y El fondo del vaso, ejemplos de esos textos elegantes, duros e inteligentes que caracterizaron su narrativa.