Al Hashemi reiteró su rechazo a la reforma de la ley electoral, aprobada la semana pasada por el Parlamento, al considerar que a los iraquíes desplazados fuera del país, que en su mayoría son suníes, deben corresponderles un 15 por ciento de los escaños y no el 5 por ciento contemplado. El portavoz de la CSIE apuntó que la institución se reunió hoy con representantes de las Naciones Unidas para analizar el rechazo de Al Hashemi. Al Abudi explicó que la suspensión de actividades afecta a la elaboración de las agendas del proceso electoral, y especialmente a la preparación de las papeletas de voto y al reparto de los escaños.
Tras su aprobación en el Parlamento, la ley electoral debe ser refrendada por el Consejo Presidencial, formado por el presidente, Yalal Talabani, y sus dos vicepresidentes: el propio Hashemi (suní) y Adel Abdel Mahdi (chií). A pesar de este anuncio, la CSIE indicó que continuará con la preparación del personal que contribuirá a organizar los comicios. La Comisión ha insistido siempre en que necesitaba al menos 90 días tras la aprobación de la reforma de la ley electoral para asegurar que la votación cumpla con las condiciones requeridas.
Cambios de fechas
En un principio, las elecciones estaban programadas para el 30 de enero próximo, pero se cambió la fecha al 16 del mismo mes para que no coincidiera con una festividad religiosa importante. Después, se volvieron a posponer hasta el 21 de enero por el retraso del Parlamento en aprobar varias enmiendas a la ley electoral. El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, calificó hoy el rechazo de Al Hashemi a la ley electoral de «amenaza peligrosa» para el proceso democrático.