La imagen ha dado la vuelta al mundo y en Washington, todavía tres días después, está vigente la polémica de si el gesto fue apropiado o demasiado sumiso para el líder de la primera potencia mundial. Incluso el Departamento de Estado se ha visto obligado a intervenir. Este martes, su portavoz, Ian Kelly, ha tenido que explicar el papel del ministerio de Exteriores de EEUU a la hora de asesorar a Obama en sus viajes al extranjero.
En un comunicado, el Departamento de Estado indicó que la Oficina del jefe de Protocolo, trabajando estrechamente con la Casa Blanca, provee asesoramiento sobre asuntos protocolarios para los viajes presidenciales al exterior. «El protocolo, en general, es respetar las costumbres y tradiciones del país anfitrión. El presidente simplemente estaba mostrando respeto» al emperador Akihito, insistió el portavoz. Pero esta justificación no ha sido suficiente para algunos círculos y medios conservadores, que en sus blogs, tertulias, editoriales y comentarios políticos han sacado toda su artillería y fantasía para demostrar al público estadounidense que la reverencia de Obama estuvo simplemente fuera de lugar.
La cadena Fox consideró que la inclinación de Obama «no fue apropiada», según el comentarista William Kristol, quien opinó que la imagen describe a un país que se ha convertido en una nación débil y demasiado deferente. Otra voz conservadora, el ex-secretario de Educación con Ronald Reagan, William Bennett, ahora comentarista de CNN, indicó que el gesto de Obama ante Akihito era «feo». «No quiero verlo», agregó. «No nos sometemos a emperadores ni a reyes», señaló tajantemente.
Comparación con Cheney
Otros críticos han comparado el gesto de Obama con una imagen del ex vicepresidente Dick Cheney saludando a Akihito en 2007 con un simple apretón de manos. La fotografía del sábado ha despertado más críticas si cabe por el hecho de que en abril, en el marco del G20 de Londres, Obama ya saludó al rey Abdalá bin Abdulaziz de Arabia Saudí con una reverencia similar. Un vídeo de republicanos de la Universidad de Connecticut ha dado asimismo la vuelta al mundo en la Red, dado que recoge imágenes de varios líderes saludando al emperador japonés con un cortés apretón de mano pero sin inclinación alguna.
En un blog del Los Angeles Times, Andrew Malcom se pregunta «¿hasta dónde va a llegar» Obama en o con sus inclinaciones?. Pero no todo son críticas. La analista y activista demócrata Donna Brazile defendió a Obama al considerar la inclinación un «gesto de amabilidad» y alegando que la reverencia parecía querer demostrar la «buena voluntad entre dos naciones que se respetan». También Katie Connolly escribe en su blog en Newsweek que la inclinación de Obama «no es para tanto». De hecho, recuerda, al igual que otros medios, que Obama no ha sido el primer presidente en inclinarse ante Akihito.
El ex presidente Bill Clinton lo hizo, y Richard Nixon, ex presidente republicano, se inclinó ante el padre del emperador. Eisenhower se inclinó ante el presidente francés Charles de Gaulle y George W. Bush tuvo que soportar críticas por haber tomado en 2005 de la mano a Abdalá bin Abdulaziz y caminar así junto al regente saudí hacia la residencia de su rancho cerca de Crawford. «Ninguno de estos actos precipitaron un colapso catastrófico del poder estadounidense en el exterior, ni lo hará el de Obama», dijo Connolly.