A cambio de estas medidas, la dirección de Spanair ofrece al colectivo de pilotos la propiedad de un 5% de la aerolínea.
El SEPLA recalcó que «ha luchado en todo momento» para que los efectos de la regulación efectuada por los nuevos propietarios de Spanair afectase en la menor medida posible a los puestos de trabajo del colectivo de pilotos.
El sindicato consideró que, «desgraciadamente, el acuerdo refrendado en las urnas por la mayoría supone la única fórmula posible para una compañía que atraviesa un momento histórico crucial para su futuro».