El candidato del Partido Nacional Liberal (PNL), Crin Antonescu, quedó en tercera posición, con un 20,1 por ciento y quedó fuera de de la lucha por la jefatura del Estado. Estas elecciones presidenciales han registrado una participación del 53,6 por ciento, considerada notable ya que el electorado rumano es tradicionalmente abstencionista. El cierre de las urnas, tanto Basescu como Geoana lanzaron un guante al derrotado candidato liberal para buscar su apoyo en la segunda vuelta. Sin embargo, Antonescu ha rechazado con contundencia «cualquier colaboración» con Basescu, y ha ofrecido su apoyo a Geoana a cambio de que designe nuevo primer ministro al alcalde independiente de Sibiu, Klaus Johannis, si el socialdemócrata resulta elegido.
Geoana se ha mostrado abierto a la propuesta de Johannis, que tendría en el Parlamento el apoyo de la mayoría opositora formada por socialdemócratas, liberales y autonomistas húngaros. Rumanía está gobernada por un ejecutivo provisional desde que el pasado 13 de octubre una moción de censura derribara al gabinete de centro-derecha cercano a Basescu. Las discrepancias sobre el nombre del primer ministro entre Basescu y la mayoría opositora parlamentaria ha bloqueado hasta ahora la formación de un nuevo ejecutivo.
La opción del alcalde de Sibiu apoyada por el PSD, el PNL y la Unión Democrática de los Magiares de Rumanía (UDMR) fue rechazada en su día por Basescu, que vio como el Parlamento votaba en contra de su primer candidato. El presidente elegido en diciembre deberá designar a un candidato que sea aceptado por el Parlamento. Para ello, puede convocar unas elecciones legislativas anticipadas, en busca de una nueva distribución de escaños. La ausencia de un gobierno firme ha impedido a Rumanía continuar las reformas macroeconómicas acordadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) con la concesión en marzo de un crédito exterior de 20.000 millones de euros.
El FMI bloquea la partida prevista para diciembre
Ante la parálisis, el FMI ha bloqueado la partida de 1.500 millones de euros prevista para diciembre. Con una recesión superior al 7 por ciento y un paro también del 7 por ciento, que duplican los datos de hace un año, el país balcánico es uno de los más golpeados en Europa por la crisis económica. Al mismo tiempo que en las presidenciales, los rumanos votaron el domingo por la adopción del sistema unicameral y la reducción del número de parlamentarios de los 471 actuales a un máximo de 300.
Más de un 50 por ciento de los más de 18 millones de votantes participaron en la consulta y más de un 70 por ciento dijo sí a la reforma. El referéndum, de carácter no vinculante, había sido convocado por el actual presidente y candidato a la reelección Basescu, que encuadró su iniciativa en su proyecto de modernización del Estado. Basescu celebró ayer unos resultados que interpretó como la confirmación del apoyo popular a su impulso reformista. Todos sus rivales y varias organizaciones de la sociedad civil calificaron la iniciativa de electoralista. El Parlamento debe ahora recoger el sentir popular y plantear la reforma de la Constitución.