Tras 25 años de carrera, Aitana Sánchez-Gijón sigue entusiasmada con cada proyecto que emprende, consciente de que la trayectoria de un actor es como un camino que hay que ir recorriendo poco a poco. La actriz presentó este miércoles en Madrid su nueva película, el melodrama romántico Háblame de amor, un trabajo que le ha permitido regresar a Roma, su ciudad natal, donde se ha sentido «como una auténtica reina», con la Ciudad Eterna a sus pies.
En la cinta, dirigida y protagonizada por el joven Silvio Muccino, la actriz interpreta a Nicole, una mujer que ronda los 40, independiente, hermosa y cultivada que, sin embargo, vive atrapada por el fantasma de una relación anterior. Incapaz de pasar página, Nicole se ha encerrado en sí misma y se ha acomodado a la rutina de un matrimonio que no le hace feliz. Un día conoce a Sasha, un chico joven que acaba de salir del mundo de las drogas y que está descubriendo el mundo que le rodea. La conexión entre ellos es inmediata, y Nicole se convierte en una suerte de maestra en el arte de la seducción, un juego que Sasha debe aprender para conquistar a su amor platónico, Benedetta, con la que lleva soñando años.
El juego de la seducción
«Es una historia que habla sobre reglas de la seducción; Nicole está preparada para dar lecciones, va de madura, es psicóloga y cree que será la maestra, pero las reglas saltan por los aires porque al final ella es la que recibe las lecciones», explica la actriz, que considera que el amor es simpre imprevisible. «El amor es cosa de dos, es un juego, es química…y al final hace siempre lo que le da la gana», cuenta la intérprete, que en agosto volverá a los escenarios con la obra Un dios salvaje.
Aitana Sánchez-Gijón alabó el excelente momento que vive el cine italiano, que ha sabido «crear industria», ya que los italianos, a diferencia de muchos españoles, sí van a ver películas de su país. «No sé cuál es la fórmula, pero el caso es que, tras unos años malos, ahora disfrutan de unas películas variadas que están funcionando».
Sobre el rodaje del filme, la intérprete destacó la ilusión de volver a Roma, la ciudad en la que nació pero en la que apenas tuvo ocasión de vivir, por lo que siempre que volvía era «como turista». «Lo mejor de Roma es…Roma, pasear por una ciudad que es como un decorado, con sus luces y sus sombras», cuenta Aitana, quien confiesa que fue «maravilloso» tener la ciudad a sus pies, con la Plaza de España cortada para rodar una escena junto a Geraldine Chaplin. Eso sí, reconoce entre risas que el turismo y el caos italiano son lo peor que tiene la Ciudad Eterna.
La actriz, que se desplazará a Noruega para rodar su próximo proyecto, recomendó a los espectadores que vean Háblame de amor en versión original, puesto que opina que «en italiano gana mucho más».